En contraposición a la boyante situación hídrica que atraviesan algunas zonas de la provincia de Castellón, la comarca de Els Ports sufre desde hace meses una grave sequía que acarrea muchos problemas. Este complicado episodio castiga especialmente a muchos ganaderos, que se han visto obligados a llevar agua mediante cubas para abrevar al ganado ya que muchas balsas se han secado.

La circunstancia es muy diferente dependiendo de la zona de la provincia. Los agricultores tienen la suficiente agua embalsada tras las lluvias de otoño y abril, pero en el norte, los acuíferos se nutren de las nevadas invernales, inexistentes en esta temporada, y las balsas lo hacen de las lluvias y tormentas en primavera y verano, también ausentes este 2019.

Morella ejemplifica la complicada situación en la que la falta de precipitaciones se alarga semana tras semana. En lo que va de año, según Avamet, la capital de Els Ports solo ha registrado 162,4 mm de precipitación

-en el 2018 se superaban los 500 mm- esto supone un 68% menos teniendo en cuenta que 2018 estuvo por encima de la media. Y en los meses de verano la situación empeora, 1,2 mm en junio y 37,2 mm en julio, unas cifras muy inferiores a la precipitación media que registra esta zona con tormentas estivales frecuentes.

La falta de agua ha mermado los recursos naturales en todos los sentidos y el problema es que este episodio no es nuevo; en 2017 el sector primario atravesó una situación muy similar a la actual. Los manantiales que normalmente surten a las explotaciones están muy desprovistos de reservas hídricas y la carencia ha provocado que no crezca la vegetación al ritmo esperado. Las consecuencias de este escenario son fatales para el sector.

«Llevo más de tres meses teniendo que llevar cubas de agua semanalmente a la explotación, es un importante trabajo añadido a los quehaceres habituales y un sobrecoste importante» explica Iván Pitarch, que tiene ganado en diversas fincas en Els Ports. De forma similar se manifiesta Raúl Puig, también ganadero en Morella. «Por desgracia, esto no nos pilla por sorpresa; llevamos varios años que la sequía nos aboca a esta situación». La coyuntura es generalizada, pero en las explotaciones intensivas la situación empeora. Las granjas que dedican su proceso al engorde del ganado necesitan mucha más agua; en este sentido apunta Ovidio Buig, del Mas del Noto, «los animales tienen que beber y la explotación consume unos 3.000 litros diarios, no tenemos más remedio que traer agua de fuera».

Desde el Ayuntamiento se pronuncian al respecto y dieron unas recomendaciones a seguir ante la situación actual. Joel Pascual, concejal de Medio Ambiente y Ganadería, reitera que en caso de necesidad los ganaderos puedan acceder a las balsas de agua que tiene el consistorio. «Es un episodio que nos pone las cosas muy difíciles; desde el ayuntamiento trasladamos la posibilidad para que los ganaderos puedan acceder a las balsas de agua del consistorio solo deben comunicarlo para que se les expliquen los siguientes pasos a seguir».