Pasado, presente y futuro del sector citrícola se unieron ayer en la finca la Patera de Vila-real, perteneciente a la familia Arrufat, históricamente y todavía vinculada al negocio naranjero. El presidente del Comité de Gestión de Cítricos, Manuel Arrufat, ejerció junto al alcalde de Vila-real, José Benlloch, de anfitrión de una paella a la que asistieron varios pesos pesados del sector, como el presidente de la patronal Asociex, Jorge García, Marcos Gual (Bagú), Javier Usó (Frutinter) o Vicent Ortells (Real Export), entre otros responsables empresariales. También estuvieron el secretario autonómico de Agricultura, Francisco Rodríguez Mulero; y el director general, Roger Llanes.

Esta cita de carácter informal sirvió, en el marco de la crisis que vive el sector, para recordar el momento en el que los antepasados de Arrufat desarrollaron, a finales de los años 60, la variedad arrufatina, que todavía tiene «buena salida comercial» al cosecharse unas semanas antes que la clemenules. Benlloch destacó que este episodio histórico debe servir «como ejemplo de la reinvención que necesita el sector».

No obstante, cuando en la misma mesa se sientan algunos de los responsables de las empresas más potentes del sector y dos hombres fuertes de la Conselleria difícilmente se habla solo de pasado, en especial cuando está a punto de iniciarse una campaña decisiva. Junto a la competencia de terceros países, en la comida se habló de cuestiones como el papel que puede tener la Ley de Estructuras Agrarias en el futuro de la citricultura.