Las mediciones sonométricas realizadas por el Ayuntamiento de Castellón en las tascas obligarán a declarar este ámbito urbano zona acústicamente saturada (ZAS) al superar de forma holgada el límite de 65 decibelios nocturnos.

Así lo anunció ayer el concejal de Sostenibilidad, Gonzalo Romero, quien compareció en La Tasketa acompañado por los siete empresarios con negocios en el entorno de la plaza Santa Clara. Con esta medida, la Asociación Castelló Sense Soroll gana la batalla judicial que mantenía contra el Ayuntamiento y los empresarios para limitar los horarios de cierre de estos locales de ocio presentes desde 1972, cuando abrieron los dos primeros.

Este desenlace --del que Romero no dudó en señalar su discrepancia-- empezó a gestarse en febrero, cuando una sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Castellón dio la razón a los vecinos y ordenó realizar mediciones sonométricas en la zona de Lagasca. Romero admitió que los tests de ruidos efectuados también han superado los 65 decibelios, aunque no concretó la cifra exacta y dejó abierta la puerta a ampliar la ZAS a Lagasca y Tenerías.

La aprobación de la ZAS supondrá un duro varapalo para las tascas. Además de las medidas del plan de actuación zonal (PAZ) vigente desde diciembre del 2008 --cierre y limpieza de basuras a medianoche, y suspensión de licencias--, la ZAS obligará a limitar la venta de bebidas en las barras de la calle a las 23.00 horas, al igual que la colocación de mesas y sillas en la plaza Santa Clara estará acotada a las 23.00 horas los jueves, viernes y sábados. Las tascas deberán instalar toldos fonoabsorbentes móviles. La ZAS será revisable a los dos años. H