Los defensores de que la cruz del Ribalta no se retire del parque, en contra de la decisión anunciada por el Ayuntamiento de Castellón, han puesto en marcha en los últimos días lo que puede considerarse como una campaña de acoso institucional que se ha traducido en llegar a bloquear la línea de alcaldía en su primer día de acciones, con cientos de llamadas telefónicas, y el envío de hasta 300 mails en menos de tres jornadas, indican al diario Mediterráneo fuentes del consistorio.

En el texto de los mails, que llegan no solo de la capital de la Plana sino también de otros puntos de España, como Cartagena o Murcia, pero también de México, por ejemplo, reclaman que la cruz se quede en el Ribalta en un tono a menudo correcto, como el del ejemplo que ilustra esta página, pero también, como indican las mismas fuentes, «con comentarios ofensivos e insultantes».

Además de las peticiones, al menos dos de los correos recibidos en el consistorio incluyen un documento que explica con detalle cómo actuar para hacer más efectiva la llamada, junto con los argumentos a utilizar, entre los que destacan la desautorización del informe de expertos que sitúa el documento como un monumento de exaltación franquista y la insistencia de que no se trata de un dictamen vinculante.

EL TEMA VUELVE AL PLENO

Todo ello ocurre en un contexto en el que mañana, jueves, el debate sobre este monumento volverá a estar sobre la mesa en el pleno del Ayuntamiento de Castellón, con su consiguiente alto grado de polémica. Se discutirá una moción del PP, formación que persigue que no se modifique la ubicación de la cruz, mientras que Castelló en Moviment (CSeM) es partidario de su destrucción; y los dos partidos del equipo de gobierno, PSPV y Compromís, tienen decidida ya su retirada del parque, aunque no está concretada su ubicación de destino.

De hecho, la portavoz del gobierno municipal y concejala de Cultura, Verònica Ruiz, señaló recientemente que «el informe verifica que es un símbolo franquista y que no tiene valor artístico, por lo que será retirada del parque», ratificó. «No somos un gobierno destructivo, por lo que la idea es reubicarla en otro sitio», apuntó. Ruiz añadió que todavía no hay un emplazamiento definitivo, aunque podría ser el cementerio municipal, según recomienda el informe de expertos para la valoración de la retirada de vestigios de la guerra civil.