Javier Moliner cumple ahora diez meses de su segunda legislatura al frente de la Diputación de Castellón, un primer tramo de mandato marcado por el pulso continuo con el nuevo gobierno autonómico en el que, como dejan ver sus respuestas, la tensión continúa. Se enfrenta, además, a las segundas elecciones generales en seis meses desde su condición de presidente del PPCS. En este punto, el objetivo es muy claro: Ganar.

--¿Cual es su balance del inicio de esta nueva legislatura cuando está a punto de cumplir su primer año?

--El mío es muy positivo, trabajando desde el primer día para poner a Castellón en el lugar que merece, ayudando a que la provincia sea motor de crecimiento en España y procurando no crear más problemas a la sociedad. Pero es la gente la que debe evaluarnos y hacer balance.

--¿Y las prioridades para el resto del mandato?

La prioridad es siempre Castellón, que todos los municipios tengan las mismas oportunidades. Pero creo que para esta legislatura nos hemos puesto un reto importante, parar la despoblación rural, y para eso hay que igualar oportunidades y servicios, y por eso hemos puesto en marcha el plan Repoblem para que Castellón siga siendo el mejor lugar para vivir.

--Esta primera parte de la legislatura se ha caracterizado por los continuos enfrentamientos entre Diputación y el Consell. El decreto de turismo y deportes, la tasa turística, el acelerador del Provincial, Xarxa Llibres… ¿En realidad cree usted que quieren eliminar las diputaciones o solo vaciarlas de contenido?

--Es un gobierno fruto de un pacto de perdedores que quiere conquistar a toda costa el poder que las urnas le negaron. No entienden de respeto ni lealtad institucional y les molesta que en Castellón tengamos capacidad propia de decisión. No les molestan las diputaciones, les molestan las provincias.

--¿Y porqué son tan importantes las diputaciones?

--No sé si son las diputaciones importantes. Lo son nuestros pueblos. Las diputaciones, como cualquier otra institución solo tienen sentido para lo que son útiles, y lo somos principalmente como defensoras de nuestro patrimonio, para ayudar al impulso económico y como garantes de oportunidades en los 135 municipios de la provincia.

--¿Cree usted que vamos hacia la centralización de todo el poder de gestión en Valencia o a una comarcalización para repartirlo?

--Es todo el mismo proceso. Los totalitarismos nacionalistas, como el que plantea el tripartito que sustenta al Consell, tienen como misión centralizar el poder para luego poder repartir su bondad entre sus inferiores, como hacían las monarquías absolutistas. En ese plan, que Castellón pueda tener voz molesta. Esa es la perversión del sistema que realmente busca Mónica Oltra, que es quien marca la estrategia, que luego interpreta Ximo Puig.

--Al hilo de este enfrentamiento, acaba de presentar un recurso judicial contra el decreto de coordinación de políticas turísticas y deportivas y los representantes de la Diputación dejaron la reunión de constitución del consejo en señal de protesta ¿cómo están ahora las relaciones con la Generalitat en este ámbito? ¿Tan difícil es coordinarse?

--Para nada, si será fácil coordinarse que eso sucedía un jueves, y el lunes siguiente esta Diputación celebraba un patronato de turismo del que su vicepresidente es Francesc Colomer y aprobábamos todos los puntos por unanimidad, y donde estaba también el sector empresarial. Lo que buscan los decretos es decidir desde Valencia a qué se destina el dinero de los castellonenses. Y nosotros defendemos que podamos tener autonomía de decisión.

-¿Qué opinión le merece que con el dinero de Diputación para Xarxa Llibres algunos ayuntamientos lo destinen a hacer caja a costa de vecinos morosos?

--Opino que el dinero donde mejor está es en el bolsillo de los ciudadanos para que puedan gastarlo en lo que consideren. Por eso defendíamos que el café para todos no era justo, porque no todas las familias tienen los mismos problemas. Y finalmente se ha demostrado porque, por desgracia, quien no tenía recursos ni para pagar libros ni impuestos, se ha quedado sin un euro.

--¿Y dónde irá el dinero que sobrará de Xarxa Llibres? ¿Han hablado de ello con la Conselleria de Educación?

--Ni nos dijeron nada entonces ni nos han dicho nada ahora, pero imagino que buscarán otro titular vacío para anunciar antes de elecciones.

--La compra del acelerador lineal del Hospital Provincial ha sido otro tema que ha generado mucha fricción entre Diputación y Consell. ¿Al final la Diputación ha pagado su parte o no?

--Realizamos una transferencia el 16 de marzo por 1.378.023,95 euros al Consorcio del Hospital Provincial, lo que corresponde a la compra de la mitad del acelerador lineal y aquí tiene la orden para que no haya ninguna duda. Y lo hicimos porque la Generalitat, a quien le tocaba pagarlo, nos pidió ayuda. No es competencia nuestra, pero era un tema de vital importancia para Castellón y en esos temas encontrarán siempre nuestra ayuda.