El embalse del Sitjar, en Onda, --el que goza de una mejor situación en la provincia-- mantiene estos días dos tomas de riego abiertas para abastecer la demanda de los regantes.

Así lo confirman fuentes de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), que inciden en que esta situación se produce porque, debido al calor y a la escasez de precipitaciones, «los regantes consumen mucha agua y por un solo conducto no sale la suficiente para abastecer la demanda de los campos».

Y es que, si no llueve de forma abundante durante los meses de septiembre y octubre, la situación para la agricultura provincial se prevé «complicada», como reconoce el presidente del Sindicato Central de Riego, Enrique Font. «El agua de la semana pasada dio una tregua y permitió no regar en unas cuatro jornadas, pero no fue suficiente como para reflejarse en los embalses», aseguró en declaraciones a Mediterráneo. Aunque las previsiones climatológicas son optimistas (se espera un otoño lluvioso y con temperaturas moderadas), la provincia se encomienda a la meteorología para salvar la situación de deficiencia hídrica.

La CHJ no prevé, por el momento, un escenario de restricciones, según confirman a este diario. Sin embargo, la sequía empieza a agudizar también los daños provocados en explotaciones y huerto a cuenta de la fauna salvaje.