Doce días para ser visitado por el médico de cabecera. Esta es la espera que se acumula en el centro de salud de Almassora cuando se solicita una consulta, situación parecida es la que se vive en Nules o Burriana, donde la demora llega, en el caso de algunos facultativos, a los diez y ocho días respectivamente. La lista de espera en Atención Primaria es un problema ya casi crónico en el sistema sanitario valenciano que está lejos de resolverse, a pesar del plan de refuerzos anunciado a principios de este año por la Conselleria de Sanidad ante el malestar de los médicos y pacientes.

Las nuevas contrataciones de personal sanitario están llegando a cuentagotas sin que el departamento de Ana Barceló aclare cuántas plazas se han cubierto, hasta el momento, de las más de 300 que se anunciaron a principios de año en el conjunto de la Comunitat. Sin ir más lejos, el pasado viernes la consellera avanzó que se va a poner en marcha la tercera fase de este programa, aunque desde Sanidad guardan silencio al respecto del número de profesionales que se han incorporado a las plantillas de Primaria en la provincia.

La Conselleria logró autorización y liquidez, por parte de Hacienda, para llevar a cabo esta medida que supone un desembolso de 16,7 millones de euros. El objetivo era evitar las demoras en las consultas de los médicos de familia, el primer eslabón del sistema sanitario al que acude el ciudadano cuando tiene un problema de salud. Además, este anuncio perseguía calmar los ánimos entre los profesionales de Primaria que estaban en pie de guerra, con movilizaciones incluidas, por el elevado cupo de pacientes asignado.

Y es que las cifras eran claras. Según un informe realizado por CSIF en la provincia de Castellón se precisaban 33 médicos de familia para atender una agenda asignada de 1.500 pacientes, ratio fijada por la Conselleria como máxima para garantizar una asistencia correcta. De todos modos, las sociedades científicas en materia sanitaria establecen dicho cupo en 1.300 ciudadanos, lo que se traduciría, según CSIF, en la necesidad de disponer de 63 facultativos más.

Los principales problemas detectados estaban en Castelló y en los municipios más poblados de la provincia, como Vila-real, Benicarló, Vinaròs, Benicàssim, la Vall d’Uixó o Almassora.

Según fuentes de este sindicato, en la primera fase del plan se incorporaron a la plantilla provincial, conformada por 332 médicos de familia y pediatras, cinco médicos, cuatro en la capital de la Plana y otro en les Alqueries, un pediatra en Betxí y tres enfermeras en Burriana, Vinaròs y en Vila-real. «A pesar de que ahora anuncian la tercera fase, nada se sabe de las contrataciones que han hecho dentro de la segunda», señalaron desde CSIF. Las previsiones eran, en las dos primeras etapas, ampliar la plantilla de Primaria en la provincia con 16 profesionales.

En este sentido, Barceló avanzó el viernes la creación de 166 plazas correspondientes a la tercera fase del plan especial de Atención Primaria, de las cuales 18 corresponden a la provincia de Castellón. En concreto, prevén poder emplear a un total de cinco pediatras, 10 facultativos de medicina familiar y comunitaria y tres profesionales de enfermería.