Una veintena de niños de segundo ciclo de Infantil del CEIP Jaume I de Nules está aprendiendo a gestionar sus emociones con Kiko, un personaje digital, un “niño” de 3 años, como ellos, que cuenta sus emociones y cómo se siente en diferentes situaciones planteadas. Eso sirve como detonante para que los escolares manifiesten sus sentimientos, busquen soluciones ante diferentes situaciones o identifiquen sus emociones y las de sus compañeros.

Kiko forma parte del proyecto ‘Kiko Siente’ que un grupo de profesores e investigadores del CEU de Castellón ha puesto en marcha este curso en el colegio de Nules con el objetivo de educar las emociones. O, lo que es lo mismo, para desarrollar la inteligencia emocional desde los primeros años de escolarización. Y lo han hecho utilizando materiales multimedia (donde Kiko cuenta sus historias), y físicos, como caretas con las caras del personaje según su emoción, así como fichas y espejos para identificar, expresar y reconocer las emociones de los escolares. Unos materiales que se siguen trabajando en casa, en colaboración con las familias, y que se han diseñado a partir de la información extraída por los investigadores a raíz de sus observaciones previas dentro del aula.

En el proyecto, del que se beneficiarán los mismos niños durante toda la etapa de Infantil, se añadirán nuevas emociones a las básicas (alegría, tristeza, enfado y preocupación) que ya se han trabajado.

inversión de futuro // El equipo educativo está compuesto por las profesoras de Magisterio de la Universidad CEU Cardenal Herrera Lorena Andrés y Rosa García, el investigador y miembro del AMPA del colegio Fernando Amiguet, la tutora de los escolares, Ana Darás y la alumna de Educación Infantil Brenda Capitán, quien se muestra satisfecha por los primeros resultados de ‘Kiko siente’, así como por la oportunidad formativa que supone su inclusión en el equipo de investigadores: “Los niños responden positivamente y se han ido soltando conforme hemos ido avanzando: se expresan libremente, nos cuentan sus historias y las relacionan con la emoción que trabajamos. Enseñar educación emocional con las nuevas tecnologías en Educación Infantil funciona muy bien”, asegura.

En términos similares se expresa el director del CEIP Jaume I de Nules, Natxo Albiol, que considera que este proyecto es muy beneficioso para los alumnos, “puesto que desde edades tempranas comienzan a controlar emociones y empatizar con los compañeros, trabajando así la competencia emocional¨.

Un proyecto innovador y ambicioso con consecuencias positivas para los escolares a medio y largo plazo. “Un niño/a que ha desarrollado la inteligencia emocional va a tener una visión más equilibrada de sus emociones, ya que va a interpretarlas correctamente y esto le va a ayudar en sus relaciones con los demás”, concluye Rosa García. H