¿Se había quedado conectado el termo del agua caliente al salir la última vez? ¿La nevera funcionará cuando se enchufe? ¿El césped de la entrada parecerá una selva? Estas preguntas empezaron ayer a tener respuesta para muchos de los habitantes de Castellón que tienen segundas residencias dentro de la misma provincia, y que aprovecharon el fin de semana para desplazarse. Además, quienes lo hicieron disfrutaron de buen tiempo y de la sensación de libertad que da estar fuera del hábitat de confinamiento.

La declaración del estado de alarma del 15 de marzo impidió expresamente la visita a este tipo de propiedades. Una prohibición que empieza a levantarse con la entrada en la fase 1, aunque en estos momentos para dentro de los límites provinciales. Solo en el norte, que lleva una semana de ventaja en la desescalada, ya era posible, aunque únicamente en el caso de aquellos que forman parte del departamento de salud de Vinaròs.

Como no podía ser de otra forma, el epicentro de este movimiento se vivió en Benicàssim, con decenas de residentes habituales de la vecina Castelló que tienen apartamento o casa cerca del mar. Tanto las calles como el paseo marítimo notaron este movimiento, aunque con las limitaciones horarias para el paseo, y con una playa que se puede pisar, pero donde no se permite tomar el sol o nadar. A partir de la tarde, la peatonalizada calle Santo Tomás y su entorno fueron punto de encuentro habitual.

INTERIOR / En cambio, otros optaron por acudir al interior, donde tienen casas pertenecientes a anteriores generaciones familiares y que tras desplazarse a ciudades con nuevas oportunidades laborales se han convertido en el escenario de momentos de descanso. Fue el caso de gente de Vinaròs que tiene raíces con Vallibona, o castellonenses que acudieron a Albocàsser o Vilafranca.

CONSEJOS / Volviendo a las preguntas iniciales, los expertos mencionan que, en el caso de tener que acudir en breve, uno de los puntos fundamentales es comprobar el cuadro eléctrico y detectar si hay averías. También indagar fuentes de malos olores y tratar de atajar su procedencia. En cuanto a los grifos, deben ponerse en marcha poco a poco, y estar pendiente de sonidos que puedan advertir de problemas. Por último, asegurarse de que las ventanas y puertas están bien.

Lo de ayer fue un adelanto. En puntos como Peñíscola o Alcossebre este movimiento se notará más cuando pueda venir gente de Cataluña, Madrid o Aragón. Mientras tanto, muchas propiedades siguen a la espera de que sus dueños regresen.