La vida en el pueblo ya no es lo que era. Hoy, en la mayoría de los municipios de Castellón de entre 500 y 1.000 habitantes, disponen de todas las comodidades. Hay conexión a internet, escuelas donde los alumnos reciben una educación casi personalizada y médicos de cabecera que atienden al instante, sin necesidad de esperar dos o tres días. Sin embargo, la sensación de que solo se quedan los que no han servido para estudiar una carrera sigue pululando. ¿La consecuencia? Los pueblos de la provincia se hacen cada vez más pequeños y pierden población a velocidad de vértigo. Y todo eso pese a los intentos, casi a la desesperada, de los ayuntamientos por atraer población.

En Castellón un buen puñado de municipios están en riesgo de desaparecer. Son los micropueblos, los más pequeños entre los más pequeños, aquellos que no superan los 100 habitantes. Lo peor es que la cifra de localidades que cumplen estas condiciones no para de crecer. En la provincia ya son 19, el 14% del total, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Hace diez años eran 13. O lo que es lo mismo, en una década otros seis municipios se han unido al club de los llamados micropueblos.

Argelita ha sido de los últimos en unirse al cada vez más numeroso grupo de municipios que no supera el centenar de vecinos. En 2006, su padrón contaba con 112 vecinos. En 2016 eran 97. No es el único. A Sacañet le ha sucedido algo muy similar y ha pasado de los 111 habitantes a los 68. Vallibona tenía 100 hace justo una década. Hoy quedan solo 81.

En Vallibona son 81, en Sacañet 68, pero la localidad menos poblada de la Comunitat Valenciana está en Castellón. Se trata de Castell de Cabres. En este pueblo del interior, que tiene acceso a internet desde 2012, solo residen 17 personas, dos menos que hace diez años. La mayoría es gente mayor y solo durante los fines de semana y los periodos vacacionales el municipio logra disparar la población.

Palanques tiene algunos vecinos más, pero su supervivencia a largo plazo tampoco está garantizada. Con 35 habitantes (en 2006 eran 33) es la segunda localidad con menos población de la provincia. Le sigue Villores, con 38. La lista de micropueblos la completan Argelita, Espadilla, Fuenta la Reina, Herbés, Higueras, Matet, Pavías o Serratella.

En Castellón hay 19 municipios con menos de 100 habitantes, pero en España son 1.222. Guadalajara cuenta con 168 de ellos, Burgos con 154 y Soria con 114. Los cinco empadronados en Jaramillo Quemado, en la provincia de Burgos, conforman el municipio menos poblado del país.

EN PELIGRO DE EXTINCIÓN // Los pueblos de menos de 100 habitantes están en riesgo de extinción, pero no son los únicos. Seis de cada diez localidades de la provincia corren la misma suerte, ya que la mayoría sufre el continuo envejecimiento de su censo demográfico y un mínimo o nulo relevo generacional, con escasas o nulas cifras de natalidad. Son cifras del informe Población y despoblación en España 2016, que acaba de ser presentado por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Los expertos apuntan a que entre 2015 y 2016, España ha perdido 67.374 habitantes, pero esa sangría se ha concentrado mayoritariamente en las áreas rurales, ya que la suma de población de las capitales de provincia ha ganado 14.000 habitantes en un año.