La imposibilidad de abrir mañana las terrazas cayó como un jarro de agua fría en el tejido empresarial de Benicàssim, pues algunos ya tenían todos los preparativos para levantar las persianas de sus negocios a lo largo de la semana. Vicente Pallarés, del Jota’s, detalló que tuvo que «cancelar todos los pedidos, porque no podíamos tener el género parado una semana como mínimo». Juan Miralles, de la tasca 4 Bis, se queja: «Como siempre, nos informan a última hora y mal, nos quedamos parados».

En Orpesa, Adrián Fabregat, por parte de la asociación de empresarios local, comprende que estas cosas «no se pueden evitar, pero las formas no han sido buenas; estaba ya todo preparado y con las terrazas adaptadas a las nuevas medidas».

Claudio, gerente del restaurante Panorama de l’Alcora, dijo que se esperó «a que saliera el BOE, por lo que no había movido contratos de trabajo», si bien estaba planteando la vuelta a la actividad según las condiciones de higiene y de distancia adecuadas a la fase 1. «Hemos hecho un esfuerzo económico, incluso con cosas que de momento no son obligatorias como el ozono, y que son caras». Por el momento, todas las expectativas siguen en el aire, al menos una semana más.