Una jornada entrañable la que se vivió ayer en Castelló. Y es que la comunidad rumana afincada en la provincia honró a San Nicolás, con una celebración eucarística que tuvo lugar en la iglesia ortodoxa ubicada en la calle San Roque de la capital de la Plana. Una festividad con tinte solidario similar a nuestra Navidad.

La ceremonia, que se desarrolló durante la mañana de ayer, congregó a cerca de 400 personas, que llenaron el templo que lleva la advocación del santo de Bari hasta la bandera.

Además de una conmemoración eucarística, la iglesia desplegó el tradicional reparto de regalos, y distribuyó entre los asistentes alrededor de 300 bolsas de dulces y obsequios. Actos cargados de simbología que no son para menos, pues esta fecha es muy distinguida para los más pequeños de la casa, ya que San Nicolás es quien tradicionalmente reparte los presentes a los niños. Igualmente, los que se acercaron a la celebración en la capital de la Plana también compartieron varios alimentos, aportados personalmente por los asistentes, elaborados a base de verdura y pescado; y productos sin carne, tal y como marca la tradición en el periodo de Cuaresma.

Para el pueblo rumano, se trata de una de sus fiestas más queridas. En su región, este homenaje tiene un carácter eminentemente familiar, en el que se juntan alrededor de la mesa para degustar una pieza de pescado y los más pequeños depositan los zapatos en la puerta, a la espera de que el santo llegue y deje los presentes a los más pequeños de la casa.

Y es que tiene fama de ser muy generoso, por lo que los niños siempre lo esperan con ilusión, por los dulces y presentes que trae. Sin duda, un día grande para toda la comunidad, que cada año adquiere más peso y reconocimiento en la provincia, ya que se celebra con el mismo sentimiento e ilusión también aquí en la capital de la Plana.

CONCIERTO EN sagrada familia / El homenaje a San Nicolás comenzó ya el jueves. La iglesia de la Sagrada Familia acogió una actuación musical dedicada a los fieles, que disfrutaron de la previa en el santuario castellonense, que lució renovado y espectacular.