Hasta hace muy poco tiempo tener un coche con un motor diésel tenía sus ventajas. Y la más importante era la económica. A finales del 2015 llenar el depósito de gasóleo era más barato que nunca y las distancias con la gasolina eran abismales. Hoy las diferencias se diluyen y los conductores de automóviles con motor diésel están perdiendo uno de sus principales reclamos. Desde que los combustibles iniciasen su espiral de subidas a finales del pasado mes de junio, el precio del gasóleo en Castellón se ha disparado más del doble que el de la gasolina y ve amenazada su condición de carburante barato.

En los últimos días, coincidiendo con la entrada del año, el gasóleo ha cotizado en las estaciones de servicio de Castellón a una media de 1,147 euros el litro tras dispararse un 7,6% desde finales de junio y se acerca cada vez más al de la gasolina, que, tras encarecerse un 3,4% en el mismo periodo, ya marca los 1,241 euros el litro. La culpa de todo la tiene el alza del petróleo, que se sitúa en 65 dólares por la parada de la producción de crudo en varios de los países que son potencias del sector y también por la mejora de la actividad económica mundial que está tirando hacia arriba del precio de todos los combustibles de consumo minorista.

Pero, ¿qué cuesta llenar ahora el depósito de combustible? En Castellón, y según los datos del Ministerio de Industrial, el precio medio del gasóleo se sitúa en 1,147 euros, por lo que llenar el tanque de un automóvil de 55 litros de capacidad supone un desembolso de 63 euros, 4,5 euros más que en junio de este año, cuando valía 58,5 euros. En el caso de la gasolina, el sobreprecio es algo menor y alcanza los 2,2 euros, desde los 66 euros que costaba en junio a los 68,2 euros de esta misma semana.

Aunque el precio medio del diésel en Castellón roza ya los 1,150 euros (a principios del pasado mes de diciembre llegó a cotizar a 1,130) no todas las estaciones de servicio tienen el gasóleo a este precio. Hay algunas (pocas) que lo venden todavía por debajo de los 1,070 euros. La más económica de la provincia es, según el Ministerio de Industria, la del hipermercado Alcampo situada en el centro comercial Salera de la capital. Allí, el litro de diésel cotiza a 1,029 euros. A la gasolinera de Salera le sigue otra de Castellón, la de la avenida Europa, que comercializa este combustible a 1,039. La tercera posición la ocupan dos estaciones de Vila-real, la de BonArea, en la N-340 y la de la avenida Castellón.

Con la gasolina ocurre algo muy similar. El precio medio en la provincia es de 1,241 euros, aunque esta semana pasada en la estación de servicio de Salera se vendía a 1,129 y en la estación de la avenida Europa está a 1,139.

EL FIN DE LA HEGEMONÍA DIÉSEL // Que los precios del gasóleo y la gasolina estén cada vez más próximos explica, en parte, porque este primer combustible no goza de su mejor momento, al menos en Castellón y cada vez son más los conductores que le dan la espalda. Un dato. De cada diez nuevos automóviles que este año han salido de los concesionarios de la provincia, el 53% son coches de gasolina. Los porcentajes de ahora nada tienen que ver con de hace tan solo cinco años. Durante el 2012 la cuota de los motores diésel alcanzó en la provincia un 68% mientras que el peso de los vehículos con motor de gasolina se limitaba a un 31%.

Mientras los vehículos que funcionan con gasóleo van a la baja, con los híbridos y eléctricos ocurre exactamente lo contrario. Un ejemplo. Durante el año pasado se matricularon en la provincia 580 automóviles híbridos, un 69% más que un año antes, cuando fueron 343, según la última estadística de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles (Anfac). Con los eléctricos ha sucedido lo mismo: de las 24 unidades del 2016 a las 54 del año pasado, un 125% más.