El domingo pasado, a la situación actual de confinamiento obligado por el estado de alarma en el país, se añadió un pero más: el cambio horario. Un cambio que suele poner el cuerpo del revés, ya que las horas de sueño no son todo lo reparadoras que deberían, teniendo en cuenta el cansancio acumulado. Aunque hay que verlo desde el lado positivo: ganamos una hora de luz y eso supondrá un ahorro energético (al menos es lo que siempre se nos dice).

Y, como nos advierten todos los años cuando toca reajustar el reloj, hay que mantener la calma, aceptar el cambio con naturalidad e intentar ajustar los hábitos y las rutinas que hayamos puesto en marcha durante estos días en los que el coronavirus nos ha obligado a modificar nuestro día a día. Y una de nuestras principales rutinas pasa por alimentarnos correctamente, evitar el consumo de sustancias excitantes, respetar nuestros horarios, llevar una planificación, hacer algo de ejercicio en casa para mantener la forma y los kilos a raya, además de intentar realizar actividades por separado si vivimos en compañía.

Aunque no afecta a todos por igual, el cambio horario altera nuestro ritmo interno y fomenta la aparición de problemas para conciliar el sueño en adelante. Esto, a su vez, dispara el estrés, la secreción de cortisol y también la sensación de apetito. Unos inconvenientes que podrían verse agravados en esta situación y que se suman a los sentimientos de ansiedad que algunas personas empiezan a experimentar por tener que estar encerrados en casa. Y es que esta semana será, según los expertos, la más complicada de afrontar. Adelantar el reloj incrementa los riesgos de sufrir hipertensión y migraña e incluso eleva las tasas de suicidio. Hasta la productividad de los trabajadores decrece. Así que toca ponerse manos a la obra y hacer caso de todas las recomendaciones de los expertos para continuar con el día a día sin problemas.

Ingerir muchos líquidos

Para obtener la energía y vitalidad necesaria para afrontar el cambio de hora y que el cuerpo no se quede sin combustible es bueno tomar alimentos energizantes que servirán para combatir el cansancio. Lo ideal es apostar por la dieta mediterránea, por ejemplo, ya que es la que más propiedades beneficiosas ha demostrado. Pero, además, se debe incrementar ligeramente la ingestión de líquidos. Las tres reglas de oros son beber mucha agua (unos dos litros diarios) y consumir abundantes frutas y verduras, alimentos que contribuyen a hidratarte.