Pudo parecer hace apenas tres días que el acuerdo in extremis poco antes del discurso de investidura del que ya es el president socialista Ximo Puig cerraba las discrepancias entre los tres socios del nuevo Botanic 2os.

Sin embargo, PSPV, Compromís y Podem definen el Consell más mestizo de la historia y el encaje de esa condición aún no ha terminado, ni se espera que lo haga antes de mediada la semana próxima, y una vez haya pasado el acto de toma de posesión del morellano en Les Corts, previsto para mañana, domingo, a las 12.00 del mediodía.

Los retos inmediatos para ponerle broche al complejo trabajo con el reparto y los nombramientos en lo que se conoce como primer y segundo escalón --secretarías autonómicas y direcciones generales-- pasan por atender a las exigencias del mestizaje, sin perder de vista otros criterios como la paridad de género y la territorialidad.

Más conversaciones a tres bandas para ‘rematar’

Después de que la reunión que tuvo lugar ayer, viernes, entre los equipos negociadores de los tres partidos implicados en el nuevo Botànic no lograra cerrar los importantes flecos --tampoco pudo ser en otros encuentros celebrados a partir de la mañana del miércoles--, el horizonte temporal para lograrlo se estirará, probablemente, hasta el miércoles o jueves de la semana que viene.

La arquitectura repetirá

la proporción del 6/4/2

Según fuentes cercanas a los responsables del nuevo diseño, sí estarían cerrados los criterios de distribución de los cargos intermedios, en los que se reproduciría el mestizaje de la anterior legislatura, probablemente con un cierto relajo en la rigidez al aplicar el concepto de cremallera, así como seguiría la proporción de 6/4/2. Es decir, una mitad para el PSPV, y la otra a repartir entre Compromís y Podem, siguiendo la misma línea que en el dibujo del primer escalón del Consell, de modo que el partido que dirija una cartera tendrá más cargos en su departamento que el resto.

Función pública y cultura, los puntos calientes

La función pública, que estaba en manos de Compromís, pero bajo el paraguas de la Conselleria de Justicia, con la socialista Gabriela Bravo frenando sus iniciativas en la cúpula, es un punto caliente. Los nacionalistas querrían el control total de los funcionarios, pero el PSPV no está dispuesto a que salga de Justicia. También entre estos dos partidos se juega la pelea por cultura. La decisión en este último punto y, con toda probabilidad en el anterior, dependerá del president, quien con su voto desharía los empates a favor de su partido. El reparto de los asesores, cuyo número se elevaría para la asignación a Podem EU, el nuevo socio de gobierno, será otro capítulo en la historia del reparto de cargos.

Pocas novedades entre

los miembros del Consell

Salvo sorpresa, no se esperan muchas novedades en el primer escalón, es decir, las consellerias. Los socialistas controlan la presidencia de Puig, que incluye áreas por completar, entre las que se espera que esté Turismo, con el castellonense Francesc Colomer al frente; Sanidad, con Ana Barceló; Hacienda, con Vicent Soler; Justicia e Interior, con Gabriela Bravo; y las dos cuyos titulares no están aún decididos, Obras Públicas, para las que suenan Manolo Mata y Arcadi España; e Innovación y Universidades, que podrían liderar Anna Lluch o Nuria Oliver. Compromís asumirá los departamentos de Educación, con el castellonense Vicent Marzà; Economía, que se espera dirija de nuevo Rafael Climent; Agricultura y Medio Ambiente, al que podría incorporarse Mireia Mollà; y la vicepresidencia y Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, en la que repite Mónica Oltra. Para Podem queda otra vicepresidencia y Conselleria de Vivienda que, además, coordinará, con Rubén Rodríguez Dalmau al frente, una comisión de coordinación de las políticas verdes, así como otras áreas relacionadas con el medio ambiente, que estarán bajo el paraguas de consellerias dirigidas por Compromís.

El medio ambiente, en

el eje de futuros roces

Si el cambio climático y la gestión de las políticas vinculadas con este reto marcaron el eje del mayor desacuerdo antes de firmar el pacto de este Botànic 2os, tienen todos los números para volver a ser causa de roces entre socios, como ya lo fueron por los serios desencuentros entre el dimitido Julià Àlvaro, secretario autonómico en Medio Ambiente y la dirección de la conselleria. Entre las discrepancias que volverán a la palestra en esta legislatura está la discutida tasa turística que se ha quedado de momento fuera del acuerdo de gobierno.

La visión empresarial desde la provincia de Castellón

Es un ejemplo significativo. Desde la patronal azulejera, Ascer, su presidente Vicente Nomdedeu, señala que los gobiernos con más de un partido tienen el efecto de un «bloqueo continuo» para las propuestas. Una dificultad más del mestizaje.