Nunca las familias y empresas de Castellón han tenido tanto dinero en el banco. O afinando un poco más, en las cuentas corrientes, es decir, aquellas que permiten disponer del dinero de manera inmediata y también, domiciliar la nómina, la pensión y los recibos. En la provincia, a principios de este mismo año, el dinero que los hogares y pymes manejaban en las cuentas sumaba 2.471 millones de euros, el máximo histórico. El anterior récord se alcanzó justo al inicio de la crisis, en junio del 2007, con 2.469 millones, según los últimos datos del Banco de España.

La cantidad de dinero en cuentas corrientes se ha disparado en el último año un 30%, desde los 1.892 a los 2.471 millones, y lo ha hecho por varios motivos. Uno de ellos es porque la actividad vuelve a aumentar. En el 2015, la economía valenciana creció un 3,7% (la media nacional se situó en el 3,2%) y casi 6.300 personas abandonaron la lista del paro. Y, lógicamente, a más personas trabajando, más nóminas. El otro gran motivo tiene que ver con la nula rentabilidad de los depósitos a plazos, la fórmula elegida en los últimos años por decenas de familias para guardar sus ahorros. Pero los depósitos a plazo no rentan nada y de estos últimos han salido 873 millones en el último año. Otro récord histórico.

Pero, ¿en qué se ha convertido ese dinero que las familias de Castellón han sacado de los depósitos a plazo? La mayor parte en liquidez, ya que las alternativas para los ahorradores son muy escasas ante los nulos tipos de interés y las últimas convulsiones bursátiles. Un dato basta para entenderlo: el pasado mes de marzo todos los fondos de inversión que habían sido suscritos doce meses antes ofrecían rentabilidades negativas; un -4,1% de media, según la patronal financiera Inverco. En lo que va de año el rendimiento es del -1,36%, aunque muchos fondos ya empezaban a ofrecer cifras positivas el pasado mes, sobre todo, los de renta variable.

Los planes de pensiones tampoco ofrecen mucha satisfacción, al menos de momento. Los contratados hace un año dan una rentabilidad media del -3,8%. Solo ofrecen cifras positivas los que fueron suscritos antes de 2013 (entre el 2,2% y el 5% de media), de acuerdo con los datos de Inverco.

Los recelos hacia los productos financieros han hecho que muchos ahorradores de Castellón deriven el dinero sacado de los depósitos a plazo y de los fondos de inversión hacia sus cuentas corrientes o de ahorro. Estas últimas (las de ahorro) también han alcanzado su máximo histórico, con 3.522 millones acumulados en la provincia, tras crecer un 13% solo en el último año.

La liquidez de los castellonenses (la suma de las cuentas corrientes y las de ahorro) se elevaba en enero de este año a 5.994 millones, tras una inyección de casi 1.000 millones durante el ejercicio de 2015. ¿Y el resto del dinero acumulado en los bancos? El temor al riesgo, la incertidumbre sobre la evolución de la economía y la simple inercia hacen que los depósitos a plazo no se vacíen de forma acelerada. Aún acumulan 6.072 millones de euros.

Si se suma el dinero que las empresas y familias guardan en depósitos, más el que disponen en cuentas corrientes y de ahorro el resultado da 12.066 millones, que es la cantidad que se guarda en el banco. A esa cifra hay que añadir casi 300 millones que corresponden a las administraciones públicas. Y, ¿cuánto debe Castellón a las entidades financieras? Un total de 14.307 millones. O lo que es lo mismo: 2.240 más de los que se guardan en el banco. H