La Diputación de Castellón mantendrá abiertas sus Unidades de Respiro Familiar durante los próximos meses de julio y agosto para favorecer la conciliación laboral y familiar en el entorno rural de la provincia y contribuir a la lucha contra la despoblación.

En total, la Diputación ha activado con una red de 56 centros que atienden a 800 familias en municipios de menos de 10.000 habitantes de la provincia. Para su mantenimiento y ampliación a 10 unidades más este año que ya están operativas, el gobierno provincial destina en el 2018 una inversión récord de 532.000 euros dirigidos tanto al mantenimiento del servicio (450.000 €) como al equipamiento de las nuevas dependencias (82.000 €).

La diputada de Acción Social, Elena Vicente-Ruiz aseguró que «si queremos ayudar a las familias que viven en los pueblos pequeños a mantener en estos pueblos su lugar de residencia tenemos que dar todas las facilidades. Por ello, señaló, «hemos decidido mantener el servicio de Unidades de Respiro Familiar que facilitan la calidad de vida de cientos de familias castellonenses».

Las nuevas Unidades de Respiro Familiar que la Diputación ha puesto en marcha durante este año se ubican en Arañuel, Azuébar, Cirat, Xert, Montán, Montanejos, la Salzadella, Sant Joan de Moró, les Useres, Torre d´En Domenech y Vilafamés.

Este servicio ha supuesto, además, la contratación de 80 trabajadores de la provincia. Con esta actividad la Diputación cubre un territorio poblado con 90.000 habitantes, que es la suma de población de dichos municipios.