La Diputación busca «implicar a las cooperativas y a las empresas privadas del sector primario de Castellón» para potenciar la implantación de la economía circular en la provincia mediante «el aprovechamiento de las plantas de purines actualmente en desuso», como la de Sant Mateu. Así explica el diputado de Sensibilidad, Ignasi Garcia, el objetivo de la visita que realizó este miércoles, junto al también diputado Pau Ferrando, miembros del Consell y representantes de cooperativas del Palancia y el Maestrat, a la nave agrícola situada en la Salzadella.

Hace ocho meses, la corporación empezó en esta instalación el proyecto piloto de agrocompostaje a partir del residuo del alperujo y, para ampliar la iniciativa, la Diputación, como titular de la infraestructura, ha cedido a la Conselleria la planta de purines ubicada en el término de Sant Mateu.

Los retos que se plantean ahora, según Garcia, son incorporar nuevos tipos de residuo agrícola y dar una salida eficiente al abono para que vuelva a la tierra. La intención final, recuerda, es generar una actividad «sostenible en el tiempo y para el medio ambiente que reactive el sector primario» y «contribuir a dinamizar la economía del interior mediante la generación de empleo verde», en la línea de los requerimientos que vienen marcados desde Europa.

Mientras, la directora general de Política Agraria Comunitaria (PEC), María Teresa Cháfer, pone en valor que las características del proyecto de agrocompostaje «garantizarían que se beneficiara de los fondos de reconstrucción europea, al cumplir los requisitos de sostenibilidad y circularidad».