Al cierre de la legislatura, la Diputación de Castellón avanza que cumple objetivos marcados pagando a sus más de 3.000 proveedores en el tiempo récord de apenas seis jornadas (6,12 días) de media en estos cuatro años. Este dato, que fuentes del ente provincial califican de «insólito», es «un claro indicador de eficiencia en el funcionamiento de la institución a favor del tejido empresarial de la provincia».

Con estas cifras en la mano, el indicador supera ampliamente el compromiso de Javier Moliner Gargallo al asumir la presidencia de la Diputación de reducir a menos de 30 días el periodo medio de pago a proveedores. «Se consolida así su modelo de eficiencia en la gestión y agiliza el funcionamiento de la administración no solo a favor de los ciudadanos para la mejor prestación de servicios, sino también a favor de las centenares de empresas castellonenses que trabajan ahora con la institución provincial». Así lo relata diputado de Promoción Económica, Salvador Aguilella, que pone el acento en que «tras la aprobación del periodo medio de pago a proveedores el pasado pleno, se puede corroborar que la Diputación es una administración útil y eficaz al servicio de los ciudadanos, siempre aliada de la provincia y eficiente en su funcionamiento». «Trabajar con la Administración no debe ser un lastre para nuestras empresas», puntualiza Aguilella.

MENOS INTERESES Y MÁS INVERSIÓN // La reducción al mínimo del periodo medio de pago a los proveedores como aliada del tejido productivo y empresarial forma parte de la filosofía en la gestión de Moliner, empezando, como señalan fuentes de la entidad, con la reducción de la deuda con los bancos hasta dejarla a cero. «De esta manera, se pueden dedicar menos recursos a pagar intereses y más a los 135 municipios de la provincia», reivindica el diputado de Promoción Económica.

Antes de concluir el ejercicio 2018, el gobierno provincial dejó a cero la deuda con los bancos, tras consolidar una trayectoria de siete años aplicando criterios de eficacia en la gestión que han permitido una reducción récord, después de encontrarse con una carga financiera de 13,5 millones de euros entre intereses y amortización de los 140 millones de deuda al asumir el cargo.