La Diputación de Castellón inició ayer el reparto de los desfibriladores con el objetivo de convertir la provincia en el primer territorio cardioprotegido de España.

De este modo, el gobierno provincial hace realidad un ambicioso programa de prevención de riesgo cardiovascular que «llegará a todos los rincones de la provincia con especial atención en aquellos pueblos con menos recursos sanitarios por su tamaño y por su distancia con los grandes centros hospitalarios».

De este modo, tal y como explicó la diputada delegada de Acción Social, Elena Vicente-Ruiz, desde ayer y a lo largo de los próximos días, la institución provincial repartirá e instalará 200 desfibriladores entre los 126 municipios que se han adherido al servicio sanitario.

Todo ello para que «en cualquier núcleo poblacional, independientemente de su tamaño, se disponga de las herramientas necesarias para combatir la muerte súbita y aumentar el índice de supervivencia en caso de parada cardíaca».

En este sentido, la diputada responsable de este programa de prevención cardiovascular adjudicado por la institución provincial por un total de 272.000 euros hizo hincapié en la importancia de un proyecto que «garantizará en todo el territorio una mejor respuesta ante una urgencia cardíaca y los dispositivos aportarán al enfermo unos notables índices de supervivencia».