Los datos hablan por sí solos. En el año 2015 más y más españoles se decidieron a reformar sus salas de baño para olvidar unas baldosas y sanitarios que, de media llevan viendo más de 25 años. La idea se plasma en el Informe del Mercado de Reparaciones, Recambios y Reforma del Baño, de la patronal Andimac, que aglutina al sector de los distribuidores de cerámica y materiales de construcción, con más de un millar de asociados.

Según el documento, el pasado ejercicio se contabilizó un incremento del 14,8% en el número de obras, una cifra que “muestra la correlación existente entre la confianza del consumidor, la evolución de las ventas de equipamiento del hogar y la tasa de penetración de mejoras en el baño”, explica Andimac, que habla de “intensidad notable” para valorar el dato.

Eso sí, de todas las mejoras realizadas, “el 51% fueron reparaciones, el 41%, recambios; y solo el 8%, reformas completas”. La pequeña proporción que representa el último apartado explica que el incremento de proyectos no sea correlativo con el alza del valor económico generado, puesto que “en gran medida se ha tratado de pequeñas reparaciones”.

Detrás de estas cifras se esconde no solo una mejora del consumo, que la ha habido, sino también una potente campaña de incentivos puesta en marcha por una reconocida marca a nivel mundial.

Un aliciente que los empresarios, tanto los fabricantes de baldosas como todos los relacionados con la construcción, reclaman a nivel general al Ministerio de Fomento y a las administraciones autonómicas desde hace 8 años, para, a modo del plan PIVE de la automoción, propulsar definitivamente los proyectos.

Aun así, el consumo de cerámica creció en España en el 2015 un 12%, generando ventas de 643 millones, dato que, por otro lado, queda lejos de los 2.000 millones que llegó a representar. H