Los peajes de la autopista AP-7 a su paso por Castellón llevan ya 12 días con las barreras levantadas. Años de reivindicaciones han dado sus frutos y, al margen de incógnitas como de qué manera va el Gobierno central a compensar esta caída de ingresos o cuándo se van a concretar los nuevos accesos solicitados por la Generalitat, la carretera ha experimentado el previsible incremento del tráfico. Una tendencia que, con toda probabilidad, irá a más durante los próximos meses.

MÁS camiones

La circulación por la autopista, por ahora, es fluida; ni rastro de los temidos atascos que sí se han producido en la AP-1, otra carretera liberalizada en el 2018. Lo que sí que percibe cualquier usuario del vial es una elevada presencia de camiones. El tráfico pesado ya disfrutaba de bonificaciones a su paso por el norte de la provincia, pero ahora tiene vía libre para circular por la zona sur a coste cero.

«Hemos notado durante estos primeros días una mayor presencia de camiones. Hay muchos autónomos que antes no se podían permitir pagar la autopista que ahora pasan por aquí», confirma una empleada del hotel Autogrill La Plana, un área de servicio situada a la altura de Burriana.

Fuentes policiales indican, no obstante, que el incremento del número de turismos en la autopista AP-7 será progresivo, hasta que se interiorice que es «una carretera más». Además, añaden, hay mucha gente que no todavía no sabe que es gratuita.

Aún sin cifras

Es pronto, por lo tanto, para conocer exactamente cuál ha sido el incremento de tráfico, que se reflejará en la IMD (Intensidad media diaria medida en vehículos/día) que da a conocer el Ministerio de Fomento con periodicidad mensual. El último dato, publicado por Mediterráneo, es que por la AP-7 en su tramo por la provincia pasan a diario más de 23.000 vehículos.

De momento, la Guardia Civil de Tráfico de Castellón está efectuando mediciones para organizar las patrullas --a más nivel de vehículos, más dotación-- y confirman el aumento, pero no lo han cifrado aún.

«Yo veo entre un 30% y un 40% más de tráfico», aventura Juan Martos, transportista que circula «mucho más cómodo» por la AP-7. «Se adelanta mucho en los desplazamientos, ya que no hay tantos atascos, y ahorra mucho dinero a las empresas. Por ejemplo, antes salía de la autopista en Torreblanca y ahora lo hago en Castelló sur», manifiesta.

viales despejados

Consecuencia directa de este incremento de tráfico en la autopista es una CV-10 que aparece mucho más despejada, teniendo en cuenta que, al menos hasta el pasado 31 de diciembre, era la carretera más usada en la provincia, con el paso de más de 40.000 vehículos cada día. Incluso en tramos normalmente muy transitados, como la zona industrial entre Nules y la Vall, se nota una menor presencia tanto de turismos como de camiones.

Lo mismo sucede en la N-340. La circulación de tráfico pesado ya estaba prohibida desde Nules a Orpesa, al desviarse por la CV-10; y desde Torreblanca hasta el límite provincial, por las bonificaciones a camiones en la AP-7 puestas en marcha el pasado año. A ello se le suma ahora la posibilidad para los turismos de realizar los desplazamientos por la autopista, evitando de este modo tramos en los que suele haber atascos en hora punta, como el que va de Vila-real a les Alqueries.

Mejoras en la carretera

Hay otros desplazamientos que, sin embargo, no son tan fáciles de hacer desde la autopista. Por ejemplo para los vecinos de Benicàssim, que tienen que desplazarse hasta Orpesa o hasta Castelló para encontrar una entrada a la misma. Es precisamente este problema el que se intentará solventar con los nuevos accesos propuestos desde la Generalitat al Gobierno central, cuya negociación lleva más de un año en el limbo, a consecuencia de la inestabilidad política a nivel nacional.

También hay propuestas de mejora por parte de los principales usuarios de este vial: los camioneros. Desde la Asociación Empresarial Castellonense de Transportes de Mercancías por Carretera, el asociado Javier Estellés explica que es necesaria «la creación de un carril o dos más de circulación o más áreas de servicio públicas», como existen en otras autopistas españolas, en las que poder quedarse a dormir.

Y, de fondo, la incógnita de si el Gobierno aplicará finalmente algún tipo de peaje, aunque sea de manera indirecta, para financiar aspectos como el mantenimiento de la autopista. Un contrato, por cierto, que está todavía por adjudicar.