«No echo en falta nada aparte de la libertad de poder coger el coche, de pasear por el pueblo, ir a la cafetería... Pero si dicen que hemos de estar en casa, aguantamos. Tú puedes pensar una cosa y Sanidad otra, aunque ya se ha anunciado la fecha para salir», señala Vicente París desde Peñíscola. Su mujer, Rosi Gómez, sale a hacer la compra una vez a la semana y a la farmacia. Él, a tirar la basura. «Lo que más echo de menos es tomar café con las amigas, que por las mañanas nos juntábamos a charlar un poco. Y ver a mis hijas y nietos», indica ella. Viven en Castelló y Almería, pero «tenemos posibilidad de hacer videconferencias», dice Vicente, que ocupa su tiempo en repasar la declaración de la renta, ver la tele y leer. «También bajo al jardín o miro si hay correo en el buzón», dice. Su esposa, además de limpiar y hacer la comida, hace ejercicio: «Tengo circuitos de andar dentro de casa, porque hay ratos que te cansas de ver la tele». C. T.