Medio lleno o medio vacío. La teoría de los vasos sirve para ilustrar la situación actual de la economía en Castellón. Y es que la recuperación, que el presidente de la Confederación Empresarial de la Comunitat, Salvador Navarro, define como «vigorosa», no llega al bolsillo de las familias. El motivo es que, tal y como reconoció ayer el Comité Económico y Social (CES), que aprobó su memoria del 2017, los buenos números macroeconómicos no logran traducirse en la creación de empleo «de calidad».

El ámbito laboral en la provincia arroja realidades muy contradictorias. La parte positiva es que en abril había 40.040 parados, lo que supone un descenso de 4.000 respecto al mismo mes del 2017, y de 10.000 comparado con el 2016. Pero este dato tiene otra cara que guarda mucha relación con la precariedad: el 92% de los 65.955 contratos firmados en Castellón de enero a abril son temporales.

En definitiva, y como apuntó el presidente del CES, Carlos L. Alfonso Mellado, la «mejora respecto a años anteriores» de la economía provincial «no es lineal», pues depende mucho de cada sector productivo y tiene un problema importante en la dificultad para crear puestos de trabajo que garanticen estabilidad. Lo evidencia el hecho de que, como publicó recientemente Mediterráneo, los sueldos no evitan que los castellonenses tiren de crédito para financiar sus compras. Los préstamos al consumo han crecido un 35% en el último año, y el valor total alcanza los 272 millones.

Ante esta situación, los sindicatos centran sus demandas en los «incrementos salariales». Manel Nieto (CCOO) y Francisco Sacacia (UGT) creen que los trabajadores «no han recuperado lo perdido durante la crisis» y que un mayor poder adquisitivo «genera mayor compromiso con las empresas y dinamiza la economía».

falta de inversiones // El informe del CES, que no será público hasta que no sea presentado a Les Corts y del que sus dirigentes apenas dieron ayer pinceladas, apunta otras dos chinchetas en el zapato de los brotes verdes castellonenses: la «infrafinanciación» y la «falta de inversiones» que sufre la Comunitat --y sobre la que Mellado señaló directamente al Gobierno central -- y la despoblación.

Respecto a este fenómeno, indicó que es un problema que afecta «muy especialmente» a la provincia, y pidió medidas destinadas a resolver una «tensión demográfica» que provoca, según un informe de la Federación Española de Municipios y Provincias, que seis de cada diez municipios de Castellón estén ahora en riesgo debido a la pérdida de población.

DUDAS SOBRE EL FUTURO // Los riesgos que amenazan la recuperación no acaban ahí, puesto que los expertos auguran que, ya en la segunda mitad del ejercicio, el crecimiento se ralentizará. Así lo expresó Navarro (CEV), que apuntó a un «menor dinamismo en la demanda interna» y a las dudas que se ciernen sobre algunos sectores como el turismo, sobre todo el extranjero. Esto, sentenció, también puede tener su efecto sobre la creación de empleo, que podría no seguir los niveles de los últimos años. El exresponsable de estudios de la Cámara de Comercio y experto analista, Enrique Domínguez, cree que ese deterioro económico estará muy vinculado a «la evolución de la situación internacional».