La provincia lleva un año, desde que se detectó el primer positivo por covid, conviviendo con una pandemia que ha tenido profundas consecuencias a nivel económico, que comparte con el resto de España. Un tiempo en el que los trabajadores se han tenido que acostumbrar a términos inéditos hasta este año, como por ejemplo los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Pero ya ha pasado el suficiente tiempo como para concluir, sin embargo, que siendo el impacto igualmente enorme, en Castellón el coronavirus ha tenido efectos menos dramáticos que en otras provincias.

Para los expertos, esto se explica sobre todo a partir de dos variables: una, el buen comportamiento de su principal industria, la cerámica, que exportó más que nunca en el 2020 pese a estar varias semanas parada en el confinamiento; y otra, la menor dependencia del turismo extranjero, lo que hace que no haya notado tanto su ausencia este año.

Los indicadores así lo muestran. La última Encuesta de Población Activa (EPA) publicada a finales del mes pasado situaba la tasa de paro en el cuarto trimestre del 2020 en el 14,12%, menor al 14,29% del mismo periodo del 2019. Es cierto que en este porcentaje no están reflejadas las personas inmersas en un ERTE, pero sigue siendo un dato que está por debajo de la media autonómica (14,7%) y nacional (16,1%).

Más señales que acreditan esta tendencia. Según la empresa tasadora Tinsa, Castellón fue la única provincia de España en la que el precio de la vivienda subió el año pasado. También hubo descenso en la venta de productos castellonenses al extranjero, del 6,3%, pero bastante menor a la que marcó la media nacional (10%). Y pese a que se constituyeron un 12% menos de sociedades mercantiles --en España el 15,8%--, se crearon más del doble de las que se cerraron.

El sector citrícola, otro pilar de la economía provincial, cerrará una buena campaña a raíz del incremento de la demanda en Europa y a que los precios son superiores a los de otros años.

También puede verse en los ERTE. Un informe reciente del Ministerio de Empleo reflejaba que el coste medio a asumir por el Estado por cada trabajador inmerso en este proceso era el cuarto más bajo entre las provincias españolas, 1.518 euros. Traducido, significa que la vuelta al trabajo desde un ERTE es más corta en el tiempo, con lo que el coste para las arcas públicas es menor. En un destino turístico de primer orden como Málaga, por ejemplo, esta cuantía supera los 3.000 euros.

Testimonios

«Castellón cuenta con el porcentaje de PIB industrial más alto de la Comunitat, lo que provoca una menor exposición proporcional a las consecuencias relacionadas con las restricciones que tanto han afectado al sector del turismo y de la hostelería, contribuyendo todo ello a amortiguar el impacto de la crisis sanitaria», explica Sebastián Pla, presidente de la Confederación Empresarial de la Comunitat (CEV) en Castellón, quien pone también el acento sobre el sector primario, que «ha demostrado sobradamente su carácter estratégico durante esta crisis, ayudando así a minorar el deterioro de la economía».

«Aunque el balance es mejor que en otros territorios, es innegable que la economía de Castellón también va a sufrir las consecuencias de esta crisis», avisa.

La presidenta de la Cámara de Comercio de Castellón, Lola Guillamón, lo tiene claro: «De la crisis económica del año 2008 nos salvó la exportación y en esta todo pinta a que va a pasar lo mismo», aludiendo a las buenas cifras de ventas de las empresas provinciales a destinos extranjeros.

El hecho de que la provincia sea «un territorio turísticamente virgen» es también decisivo, a su juicio, para explicar una menor afección al tejido económico. Guillamón advierte, no obstante, de que hay que acelerar la vacunación para que la hostelería y los negocios alojativos, así como todos los segmentos económicos asociados «empiecen a funcionar», ya que de lo contrario «los ERTE se transformarán en ERE y en despidos». «Hay mucha gente que no podrá devolver los créditos ICO si no se les da facilidades desde la Administración», dice.

Desde el Colegio Oficial de Economistas de Castellón su presidente, Jaime Querol, explica que ha sido la hostelería la más afectada por la crisis. «Sin embargo, en otros sectores como por ejemplo la construcción no se ha notado en materia de empleo, y la agricultura está funcionando bien», manifiesta.

«Cada año entran en España más de 80 millones de extranjeros y muy pocos eligen Castellón. Eso durante la pandemia nos ha ayudado, ya que nuestra economía no depende tanto de ellos. No se puede comparar con lo que pasa en Alicante o Mallorca», finaliza.