La Conselleria de Educación ultima unas instrucciones acerca de cómo deben actuar los centros ante supuestos de no convivencia de los padres por motivos de separación, divorcio o ruptura de parejas de hecho. Según fuentes de la Asociación de Directores de Infantil y Primaria (ADIP) Castellón, «una norma de este tipo hace mucha falta». «Cuando la relación entre ambos es buena no hay problema, pero cuando no, hay conflicto por todo», explican.

La presidenta de la ADIP-CS, Noel Manzanares, señala que el principal escollo se da a la hora de autorizar actividades que se realizan fuera del centro en las que se necesita la firma del padre y de la madre y uno de ellos se niega a que realice la actividad, que entra dentro del currículo. «Estamos encorsetados y necesitamos agilidad», subraya. Esta misma situación se repite en las actividades extraescolares, el comedor o a la hora de elegir entre Religión o Alternativa...

Alfredo Mercé, miembro de la junta directiva y director del Gaetà Huguet, indica que esta circunstancia se produce cuando ambos tienen la custodia y la autorización debe ser doble. Por ejemplo, en una salida de excursión: «A veces, la sentencia establece que los temas educativos los resolverá una persona en concreta, pero en otras ocasiones se tienen que poner de acuerdo y si uno quiere y otro no, debe dirimirlo la autoridad judicial».

El comedor es otro caballo de batalla. «Cuando pasamos el recibo hay quienes se ponen de acuerdo y uno paga y entre ellos se apañan, otros tienen una cuenta para gastos del menor, otros solo pagan los días en los que ha estado a cargo del niño... En mi caso, 400 alumnos se quedan a comer cada día, en una gestión complicada si encima tienes que tener en cuenta facturar 10 días al padre o 9 a la madre. Es un jaleo increíble», matiza Alfredo Mercé.

CUSTODIA COMPARTIDA // Si la custodia es compartida, los centros también deben saber «a quién le corresponde cada día recoger al niño, para ver a quién se lo tienen que dar», relata Manzanares. «Hay veces en que el menor enferma durante la mañana y hay que saber con quién está ese día. Si llamas al otro, al que le toca se enfada», añade el director del Gaetà.

En la misma línea, Manzanares señala el caso de las tutorías: «A veces mandan a la pareja, pero no es el papá o la mamá, y se tiene que decir que no porque es una cuestión de confidencialidad».

POR VÍA JUDICIAL // Pero hay más casuísticas. «Cuando hay patria potestad compartida tienen derecho ambos a conocer la evaluación y las faltas de asistencia, y se deben hacer dos copias. Esto sí que está regulado», explica Mercé. Sin embargo, en ocasiones, concreta, «piden un certificado que diga que el niño viene triste a clase cuando está con uno o con el otro, y esto no se puede hacer. Debe ser un juez quien lo pida».

«Hay veces que el intercambio se realiza en puntos de encuentro, pero otros lo hacen a la salida del colegio. Hay niños que tienen que venir con los libros del día y con los del siguiente, en dos mochilas, porque luego se van a ir con el otro progenitor. Nosotros facilitamos que una la dejen en conserjería. Hay padres que se enfadan porque facilitamos eso», apostilla el director del Gaetà.