Los papeles se han dado la vuelta en la arena política de la Comunitat. Como se escenificó en el último debate en Les Corts Valencianas, el PPCV que preside Isabel Bonig, permanente blanco de las críticas por corrupción, con sus múltiples casos abiertos en los tribunales, ha pasado a ser el acusador tras el estallido del caso Crespo Gomar, que investiga la presunta financiación ilegal de Bloc (principal pata de Compromís) y PSPV, ambos socios del Pacte del Botànic junto a Podem.

Tensión en las bases y en la cúpula de los partidos

El nuevo escenario, marcado por este efecto bumerán, genera preocupación, estupor en muchos casos y, por supuesto, tensiones, tanto en las bases de los partidos acusados de lograr fondos de manera ilegal para financiar sus campañas electorales de los años 2007 y 2011, como en sus cúpulas y en el propio seno del Botànic. De hecho, Podem ha presionado esta semana a sus socios hasta arrancar un compromiso de revelar la verdad sobre las sospechas y tomar decisiones contundentes sobre las personas concretas afectadas, si las hubiera, antes del 1 de mayo, cuando se cumpliría el plazo definido en las reuniones que mantuvo el diputado podemita por Castellón el pasado miércoles. Los morados esperan esas explicaciones para decidir su estrategia, si atacar a sus compañeros de viaje en el Consell para diferenciarse en este momento, ya de precampaña electoral cara al 2019, o no.

Nervios y cálculos entre los socios del Botànic

En todo caso, el Botànic no pasa, ni de lejos, por su mejor momento. Aunque la coportavoz de Compromís, lideresa de Iniciativa, y vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, insista en que el acuerdo está a prueba de bombas, los nervios están a flor de piel, y las relaciones entre los partidos se han enrarecido por la nueva situación. Oltra se ha desmarcado del Bloc, al decir que no pone la mano en el fuego por su presidente, Enric Morera, uno de los afectados por el escándalo político. Son compañeros de coalición en Compromís, pero poco más, ya que tienen pendientes no pocos asuntos espinosos de aquí a las elecciones, como decidir sobre las primarias para elegir candidatos, y la oposición de un sector del Bloc al liderazgo de Oltra, indiscutido públicamente. Además de este cálculo interno, hay otros, ya que está en juego quién brillará más ante los próximos comicios, el líder del PSPV y president, Ximo Puig, que ahora se vería perjudicado por las sospechas que se ciernen sobre su partido; o bien la vicepresidenta, teniendo en cuenta, además, el precario equilibrio de fuerzas sobre el que se sustenta el Consell. Mientras, Podem no tiene claro a qué carta quedarse por ahora.

El PPCV rentabiliza ahora la baza de la corrupción

El PPCV ya está personado en la causa y «llegará hasta las últimas consecuencias». La lideresa popular en la Comunitat, la valldeuxense Isabel Bonig, pero también otras muchas voces --incluido el portavoz del PP, Rafael Hernando, quien reclamó a Puig que pida «perdón» a Rita Barberá, perseguida «hasta la muerte»--, recuerdan ahora cada día a socialistas y nacionalistas las acusaciones que ellos vertieron, igualmente día tras día, contra los políticos del PPCV. Bonig lanzó el viernes a Puig y Oltra el aviso de que «la vida da muchísimas vueltas y no se puede escupir al cielo porque, a veces, el cielo te lo devuelve», e ironizó también sobre el hecho de que los populares «respetan» la presunción de inocencia cuando el resto no.

Ciudadanos insiste en la comisión en Les Corts

Aunque todos los partidos con representación parlamentaria en Les Corts ya han accedido a estudiar llevar la investigación sobre la presunta financiación ilegal de Bloc y PSPV a la comisión ya aprobada pero sin crear sobre las cuentas del PP, Ciudadanos insistie en que se cree con urgencia, ya que podría no hacerse antes de las elecciones. En todo caso, la formación naranja sigue enarbolando su posición inmaculada en el marco de las instituciones --tiene menos de una legislatura de historia-- para acusar a socialistas y nacionalistas de «cinismo» por haber acusado a los populares de actividades corruptas similares a aquellas de las que se les acusa.

Se conocen más datos y el impacto político sigue

La información desvelada el viernes, al levantarse el secreto de sumario en varios juzgados, por la que se supo que la jueza de Valencia se inhibía, así como que veía indicios de delitos de financiación irregular, falsedad continuada, malversación y prevaricación, no varió sustancialmente la situación, salvo que cada partido interpretó los datos de un modo distinto. PSPV y Bloc recibieron las informaciones con una postura pública de alivio, ya que se confirma el carpetazo al caso en el juzgado número 21 de Valencia. Sin embargo, el auto ratifica la convicción judicial de que hubo indicios de delitos de prevaricación y malversación. Una losa a un año de las elecciones.