Tres semanas después de que la borrasca Gloria arrasara el litoral de la provincia, sus efectos todavía persisten. Uno de los más sorprendentes fue la llegada a las playas de atunes muertos, bien fuera por la violencia del temporal o porque fueron arrastrados desde una piscifactoría de l'Ametlla de Mar (Tarragona). El fenómeno cesó con el paso de los días pero ayer, en la playa del Grau de Castelló, apareció de nuevo otro ejemplar, esta vez de un tamaño mayor de los vistos hasta ahora.

Y es que los atunes aparecidos en la costa de Benicarló, Alcossebre, Almassora o Vinaròs eran de entre 80 y kilos. El del Grau, sin embargo, tenía un peso aproximado de 200 kilos, por lo que era un gran atún. Los vecinos que paseaban por la playa se sorprendieron por la presencia de un animal de estas dimensiones y llamaron a los bomberos, que procedieron a retirar el atún.

Para ello procedieron como si del levantamiento de un cadáver se tratará, cubriendo el pescado con una bolsa de plástico y trasladándolo en la tabla utilizada por los servicios de rescate acuáticos.