José Luis Peralta es diplomado comercial del Estado y en estos momentos se ocupa de la oficina del Instituto de Comercio Exterior en Castellón. Este organismo, junto a la Cámara de Comercio y la CEOE, organiza el próximo jueves a partir de las 9.15 horas, una jornada informativa sobre las consecuencias del brexit para las empresas de Castellón. En la entrevista, advierte de las consecuencias para las compañías exportadoras, especialmente si finalmente la desconexión es desordenada.

--¿En qué momento se decide organizar esta jornada y por qué?

-Arrancamos hace tres meses, cuando vimos que el brexit era ine-vitable y que, además, tenía visos de ser problemático. El gran problema es que a día de hoy no sabemos cómo será la desconexión.

--¿En qué punto se encuentra el ‘brexit’ ahora mismo?

-El pasado 25 de noviembre, los dirigentes europeos aprobaron un documento que establecía los términos de la separación con un plazo de dos años de margen para crear una estructura nueva de forma amistosa. El martes, la primera ministra británica, Theresa May, presentará este acuerdo al parlamento, pero las condiciones que le están poniendo los diputados son muy duras y puede ocurrir que pierda la votación.

--¿Qué explica que haya dirigentes que se opongan a que algo que parece racional, es decir, que la separación sea amistosa?

-Te contesto con una pregunta: ¿es el brexit racional? Entiendo que las instituciones comunitarias tengan algunas normas que puedan chocar en ocasiones con determinados aspectos de la idiosincrasia de los países miembros. Un ejemplo castellonense sería el parany, un modelo tradicional de caza que la Unión Europea (UE) ha prohibido. A alguna gente le puede molestar, pero la UE es una suma de elementos positivos y negativos donde para mí los positivos son infinitamente superiores. Analizada con frialdad, la actual es una situación demencial.

--¿Qué representa Reino Unido para Castellón a nivel comercial?

-No estamos hablando de un país cualquiera, sino de la segunda economía más importante de la UE y de una sociedad con un nivel adquisitivo alto. Por decirlo de alguna forma, si saliera Luxemburgo nos daría igual. Es un país con una solera y una potencia en el resto del mundo muy importantes, y conviene tenerlo lo más cerca posible. Reino Unido es el cuarto mercado para las exportaciones de Castellón, con un volumen de ventas que supera los 350 millones de euros.

--¿Están las empresas de Castellón preparadas para el ‘brexit’? ¿Para qué servirá la jornada?

-El mensaje que se lanzará a las empresas es la necesidad de preparar planes de contingencia para cualquier tipo de brexit. La jornada quiere ser un mensaje de alerta sobre qué cambios representa este fenómeno político. A partir del momento de la desconexión, Inglaterra pasa a ser un país tercero cualquiera. Ni personas ni mercancías podrán circular con total libertad y, en el caso de los productos, tendrán que parar en la frontera, donde se les revisará la documentación para comprobar si hay autorización… todo este proceso supone tiempo y dinero. Y esto es lo mínimo que puede ocurrir, porque viendo la situación política que hay en el Reino Unido, esos documentos tendrán que contemplar el peor escenario. Por decirlo claro, un brexit desordenado sería un caos, fundamentalmente para ellos porque quedarían en una situación muy similar a la autarquía.

--¿Cómo afectaría a dos sectores clave para Castellón como el azulejo o el citrícola?

-Cara a la provincia, en el caso por ejemplo de los cítricos, Reino Unido está sometido al arancel común, por el cual nuestras frutas tienen cierta preferencia. A partir del brexit, aunque se ha firmado que habrá un periodo de tiempo en el que este país no podrá establecer acuerdos comerciales con terceros, los británicos tendrán carta blanca para poder importar frutas, por ejemplo, de Marruecos y darle incluso ventajas económicas que no tendría la UE. Ocurre lo mismo con el azulejo, pues las baldosas quedarían en las mismas condiciones que las chinas. Ese es el gran problema que supone el brexit, la posibilidad de que Reino Unido pueda decidir apostar por productos que compiten directamente con los castellonenses o españoles sin tener en cuenta aspectos como la calidad. Ahora eso también ocurre, pero está más limitado. Y es evidente que el producto asiático tiene una ventaja competitiva clara, porque es más barato.

--También el sector turístico tiene intereses en el Reino Unido.

-En efecto, se verá afectado. Hay que poner una aduana en los aeropuertos con un control policial y reglas nuevas. Eso sí, pienso que el turismo de sol y playa tendrá unas pequeñas molestias pero no excesivas. Sin embargo, sí que puede haber una afectación importante al turismo sanitario, porque habrá que establecer nuevos convenios con la Seguridad Social inglesa, lo cual no se logrará de la noche a la mañana.

--¿Afectará más el ‘brexit’ a las pequeñas y medianas empresas?

-Efectivamente, las grandes empresas tienen mucho camino andado porque están habituadas a tratar con terceros países. El problema fundamental se lo encontrarán aquellas compañías, mayoritariamente medianas, que comenzaron a exportar con la crisis para sobrevivir y que tendrán que acostumbrarse a una situación nueva. Y aquí no me refiero a una cuestión de costes (que va aparte) sino de afrontar un momento nuevo.