La pandemia del coronavirus ha caído como un meteorito, de forma fulminante y también inesperada. Pasan los días y siguen habiendo más preguntas que respuestas, más dudas que certezas. ¿Cuánto tiempo durará el confinamiento? ¿Cuándo se podrá hacer vida normal? Y otra gran pregunta: ¿Qué precio van a pagar las empresas y los trabajadores de la provincia? El decano del Colegio de Economistas de Castellón, Jaime Querol (Castelló, 1955), repasa en esta entrevista qué consecuencias podría tener la pandemia en la economía y cómo será la recuperación.

--La caída a la que se enfrenta la economía de Castellón por la crisis del coronavirus parece que será mucho mayor que lo esperado hace pocas semanas. El turismo, uno de los motores de nuestra economía, da por perdida la campaña de verano, el consumo es prácticamente nulo… ¿Qué impacto va a tener la pandemia en la economía de Castellón?

-Es difícil valorar ahora cuál será el coste social y económico que va a tener el impacto del covid-19. Estamos aún en fase ascendente de la propagación de la enfermedad y si pensamos que podemos combatirla con el éxito que parece haber tenido China, debemos mentalizarnos que tardaremos al menos 70 días en volver a poder realizar la vida habitual. Es decir, que podemos situarnos a mediados de junio, y ojalá sea así, como fecha digamos de reactivación de nuestras actividades. Pero lógicamente esta vuelta a la normalidad no podemos pensar que se pueda producir con inmediatez y para todos los sectores económicos de Castellón al unísono.

--La nuestra es, además, una provincia muy exportadora. Es decir, las empresas van a depender de cómo se comporte la pandemia en otros países. ¿Eso añade todavía más incertidumbre?

--Efectivamente, hay que tener en cuenta que Castellón es una provincia eminentemente exportadora y, por tanto, dependemos también de la evolución de nuestros principales países clientes que son receptores de nuestra producción, principalmente Reino Unido, la Comunidad Europea y Estados Unidos. Por otra parte, es muy importante señalar que esta crisis es totalmente distinta a cualquier otra sufrida. No hay perdida en infraestructuras, no hay perdida derivada de obsolencia en la tecnología, no hay perdida de mercados y existe un sistema de subsidios que palía, en buena medida, la pérdida del cese temporal del empleo.

Se trata de un paro en la actividad con distinta incidencia en todos los sectores. Por eso afectará al conjunto de la economía, pero no lo hará a todos los sectores de la misma manera.

--Insiste en ser muy cauto, pero lo que está clarísimo es que las pérdidas económicas y la caída del empleo será brutal en Castellón. ¿Se pueden poner cifras?

-Si pretendemos evaluar el impacto concreto en la provincia por un término de tres meses y, atendiendo a la incidencia en el empleo, tomando los datos de la Seguridad Social, a finales de febrero de este año Castellón tenía 235.799 afiliados de los que 194.854 se corresponderían con el régimen general y 41.042 al régimen de autónomos o cuenta propia. Estableciendo un rango de entre el 5 y el 15 % de afectados, en ese caso serían entre 11.800 y 35.400 los posibles puestos de trabajo que se perderán.

Y si atendemos al PIB provincial, según el último dato disponible (2017), que fue del orden de 15.000 millones de euros, aplicando el mismo rango nos arroja una horquilla de entre 750 y 2.250 millones de euros de impacto, es decir, de pérdida de generación de riqueza. Evidentemente, estas cifras solo pueden ser una posible referencia, de algo que puede o no ocurrir a nivel provincial, pues ya se conocen 4.355 expedientes de regulación que afectan a 19.629 trabajadores, pudiendo aumentar aún más en los próximos días. Pero lo importante ahora no es conocer el posible daño, sino cómo paliar la situación para continuar la actividad tras el ataque sufrido.

--Finalmente el Gobierno ha ordenado parar casi por completo el sistema productivo, que solo sigue activo en los sectores considerados esenciales y en todos aquellos que puedan mantener el teletrabajo. ¿Qué opinión le merece esta última medida?

-Respecto a cualquier sector de la economía, entiendo que cada mercado actuará conforme a su demanda y condicionado a las opciones que tengan, aplicando las normas de seguridad y prevención exigidas. Hay actividades críticas como el transporte de personas y mercancías que ya ha disminuido sustancialmente, y por ende el consumo de combustibles, por citar alguna, pero el sector agroalimentario y su distribución debe persistir, como no puede ser de otra manera. No soy partidario de un cierre total, siempre que se asegure la no propagación del virus.

--Se refería antes a los expedientes de regulación de empleo temporal, los famosos ERTE. El goteo es continuo y, por ahora, están afectando principalmente a empresas de sectores como la hostelería, el comercio o la automoción. No obstante, cada día llegan noticias de que se extienden a otros muchas actividades económicas. ¿Cree que esos expedientes acabarán afectando también a la construcción y, sobre todo, al azulejo, uno de los grandes motores de la economía provincial, y que ahora está obligados a parar durante un mínimo de 15 días? ¿Cómo se puede apoyar en estos momentos tanto a la cerámica como a las empresas de la construcción?

-Toda actividad debe contar con las medidas de apoyo suficientes para paliar el paro. En este sentido, los economistas a través de su Consejo General solicitamos al Gobierno, entre otras medidas, el aplazamiento en la liquidación de impuestos del primer trimestre del 2020 y que el Instituto de Crédito Oficial (ICO) avale fuentes de financiación suficientes que aporten liquidez.

--El Gobierno asegura que, tras la crisis, la recuperación económica será en V, es decir, en tiempo récord. ¿Comparte esa tesis o es menos optimista? ¿Dan completamente por perdido el 2020?

-Esta pregunta ya tiene antecedentes cuando soportamos la crisis del 2008 al 2013. ¿Sería en L o en V? Entonces ya decíamos que sería en L, porque el crecimiento debería producirse por un cambio en el modelo económico, como así ocurrió. Ahora, por lo comentado al inicio, nos encontramos en un contexto distinto: se trata de volver a la normalidad de la vida social cuanto antes, por ello entiendo que en la medida que la actividad productiva vuelva a cauces normales volveremos a generar riqueza. No obstante, es posible que el 2020 no aporte crecimiento de PIB. Téngase en cuenta además que vamos a necesitar financiarnos, es decir, aumentar nuestra mochila de deuda pública. H