«En el Mediterráneo, algo está pasando. El mar de Castellón, en relación a la pesca, llega al aprobado justo». Así lo valoró el secretario general de la Federación Provincial de Cofradías de Pesca de Castellón, Manuel Albiol, quien explicó: «Nos guiamos por las reacciones de las especies y la evolución de las capturas. Ahora mismo, hay boquerón, se reproduce bien, pero no coge tamaño, no engorda. Todo influye».

Además, «cada vez nos toca alejarnos más de la costa para pescar. En el caladero del delta del Ebro no hay pescado desde hace diez años. Y si no se pesca, no se recupera. Langostino de Vinaròs sí queda».

Dejó clara además la máxima preocupación y compromiso de los pescadores con el mar, pues «cuanto más vivo está, más vivo está nuestro sector». «Hay que buscar el equilibrio para una pesca rentable, sostenible y respetuosa con el medio ambiente», manifestó. Recordó asimismo que «el profesional de la pesca no es el que contamina, al contrario: limpiamos las aguas y el fondo marino, y promovemos la conservación de especies».

La flota castellonense lleva desde finales del 2015 conciencada con un proyecto pionero, que comenzó en Csateló, en colaboración con Ecoalf y Ecoembes. Los pescadores recogen basura del mar (plásticos, fibras, etc.) y, tras reciclarla, se crea fibra textil y moda ecológica.

Otra acción para conservar las especies que llevan a cabo es que «la flota de arrastre de Castellón es la que menos pesca del Mediterráneo. Faenamos solo de lunes a jueves por tema comercial. En pescado azul, estamos por debajo del tope. Hemos pedido un mínimo del tamaño del boquerón a Conselleria». Un hándicap es la coordinación del sistema. «En caladeros compartidos con pescadores de otras provincias, los de Tarragona pescan en la misma zona más horas a la semana», concluyó.