La primera constatación de la presencia del mosquito tigre en la provincia de Castellón se produjo en Benicàssim en el 2010. Desde entonces, este insecto de carácter urbano y que solo pica a las personas, se ha expandido principalmente por el litoral castellonense, según explica el doctor en Biología y experto en el control de plagas, Rubén Bueno, quien dio ayer una charla en la UJI, donde detalló las características de una especie a la que es preciso “estudiar para poder combatir”, según indicó.

Bueno realizó un diagnóstico positivo del momento actual “gracias a la colaboración institucional, sobre todo de ayuntamientos y Diputación, que han sabido trabajar en medidas de prevención”. Para el biólogo, el mosquito tigre, vector de enfermedades, “ha venido para quedarse y será imposible su erradicación, por lo que es necesario seguir incidiendo en las campañas de control de plagas y de concienciación ciudadana”. H