La cuenta atrás para que Castellón tenga Plan General se ha activado esta semana con la aprobación de la versión preliminar que se someterá a exposición pública a partir de enero. El edil de Ordenación del Territorio, Rafa Simó, detalla a Mediterráneo los pormenores de este reto al que se enfrenta el equipo de gobierno.

--Para empezar, un juego de palabras que utiliza con frecuencia. Qué, cómo y cuándo. ¿Qué se expondrá al público a partir de enero? ¿Cómo se ha llegado a este punto? ¿Cuándo tendrá Castellón el nuevo Plan General?

--En el qué está el fondo del Plan General. Proponemos una ciudad más moderna, más verde y más amable. Y para ello hacemos un planeamiento urbanístico realista, racional y honesto, porque tenemos que aprender de los errores del pasado. En el cómo, puedo decir que es el Plan General más democratizado que ha tenido esta ciudad. Con más transparencia y más participación, con todo lo que eso supone; unas expectativas y unas polémicas que a veces generan problemas a la hora de gestionar. Respecto al cuándo, se inicia un proceso maratoniano. Siendo medianamente optimistas, podríamos estar en condiciones de remitirlo a Conselleria durante el último trimestre del 2018. No tendría que alargarse mucho más la aprobación, porque ya se han incluido algunas de sus recomendaciones. No es como antes, que a la Conselleria le llegaba un melón sin abrir.

--Detrás de un Plan General hay muchos condicionantes técnicos y legales, ¿qué margen le queda al equipo de gobierno para planificar y dejar su impronta?

--En el estructural estamos muy encorsetados por la Estrategia Territorial de la Comunitat Valenciana del 2011 y el Documento de Referencia del 2014, aunque sí hay margen de maniobra. La normativa urbanística recoge los errores del urbanismo mal entendido del pasado, hay que cumplirla. Se puede decidir políticamente el modelo de ciudad, como la contención del crecimiento o la movilidad más sostenible.

--¿Cómo se imagina el Castellón del año 2040, ahora que tienen la oportunidad de diseñarlo?

--Me imagino que solucionamos problemas históricos, como por ejemplo la Marjaleria. Creo que Castellón tiene una cuenta pendiente con la zona, desde un punto de vista de los propietarios pero también, sobre todo, medioambiental y territorial. Espero que dentro de 20 años este Plan General sirva para que el concepto de Marjaleria no se entienda como una zona de villas o de un urbanismo mal entendido, sino que vaya más por una zona habitable, dónde vivir allí sea algo digno y no suponga problemas de habitabilidad, pero respetando el espacio natural. Entre otros aspectos, proponemos regularizar las viviendas que estén legales, las que tengan orden de demolición o con expedientes de restablecimiento de la legalidad, esas están fuera del tablero de juego, por razones obvias.

Me imagino un Castellón en el que el desarrollo industrial, económico y terciario crezca, con la plataforma intermodal como tractor. Me imagino una ciudad más amable, pensada para todos y por todos, y en la que la movilidad sostenible gane peso.

--Se triplica el suelo protegido y se reduce el 70% del urbanizable. Hay críticas de la oposición a las limitaciones de crecimiento que esto puede suponer a la ciudad. ¿Qué piensa al respecto?

--Durante casi 10 años hemos estado en un estado de excepción. El objetivo prioritario es aprobarlo para dar seguridad jurídica y estabilidad a inversores y propietarios. La estrategia territorial, en cuanto a suelo industrial, marca unas hectáreas de crecimiento que sobrepasamos con una justificación, la plataforma logístico-industrial de la estación intermodal. Crecer por encima de ahí puede generar problemas y provocar el fracaso en la aprobación del Plan General. Si hace falta, ya se crecerá. Lo que no podemos hacer es hacernos trampas al solitario. Más suelo urbanizable no significa que haya más crecimiento. El plan del 2000 tenía solo un 20% de ejecución.

--Marcan distancias con anteriores planeamientos urbanísticos, los de las obras faraónicas, dicen, y apuestan por el microurbanismo. Pero, ¿hay algún proyecto emblemático para la ciudad que marque un antes y un después de este Plan General?

--La zona de Crèmor es el punto de mira en cuanto a desarrollo más urbanístico al uso. Castellón ha vivido de espaldas al río Seco y eso va a cambiar en un futuro.

--¿Cómo llega un licenciado en Matemáticas a tener sobre la mesa la planificación urbanística de Castellón, su ciudad, para los próximos 20 años?

--Yo también me lo pregunto (ríe). Conocía a gente del partido porque mi madre está muy vinculada y hace unos 3 años vino a buscarme Amparo. Estaba dando clase en la universidad: Didáctica de las matemáticas a Magisterio. Hago campaña, elecciones, había posibilidad de gobernar, repartieron competencias y yo encajaba en un perfil técnico... la pelota se fue haciendo grande... y aquí estoy. Acabas haciendo un máster a marchas forzadas y aprendiendo mucho de técnicos como Fernando o Consuelo. Estoy muy satisfecho, por el trabajo que los funcionarios están haciendo hace años. Yo le pongo cara, pero el trabajo es de ellos.

--Como matemático, ¿se sabe las cifras del Plan General?

--Algunas. Se reduce un 70% el suelo urbanizable (quedan 530 hectáreas), el urbano son 2.669 hectáreas y se triplica el protegido (el no urbanizable protegido son 5.354 hectáreas) y el no urbanizable común ocupa otras 2.651 hectáreas. Además, tenemos 10 planes sectoriales, que son los que alimentan el Plan General.

--Tras las reuniones participativas y voces críticas desde la Marjal y Crèmor, ¿cómo se presenta el periodo de alegaciones?

--Es un Plan General que cambia el paradigma urbanístico, que elimina la especulación urbanística, que rompe una burbuja de expectativas que se tendrá que explicar bien. Entendemos que hay gente que se sentirá afectada, pero lo que no se puede sentir es engañada. El periodo de alegaciones será complejo, porque hace muchos años que no tenemos Plan General. Puedo asegurar que no vamos a desestimar todas las alegaciones, como se hizo en el pasado. Las estudiaremos con la mayor empatía posible, con el interés general por delante.