La ocupación hotelera en Castellón ha rondado el 50%. ¿Se han cumplido las expectativas?

Desde que estalló la pandemia hablar de expectativas cobra un sentido distinto. El sector no ha podido doblegar la realidad sanitaria ni esa otra pandemia terrible que es la ola de miedo y pesimismo que recorre el mundo. Este es un sector muy sensible a todo. El consumo es un estado de ánimo y viajar y hacer turismo requiere una atmósfera que en estos momentos no ayuda. Con todo, el sector ha dado la cara y resistido mejor que en otros ámbitos.

¿En qué medida ha podido afectar al sector la aparición de rebrotes en el ocio y el entorno social?

Todo afecta pero no es justo que se focalice en el ocio la causa de los brotes. Le diré más, a mi modo de ver, el ocio reglado y profesional constituye el último dique de contención para evitar el botellón descontrolado. Eso sí que será un problema serio.

Uno de los lamentos de los empresarios es la falta de alicientes que suplan la suspensión de planes sociales como el Imserso. ¿La Generalitat prepara alguna medida alternativa que ayude a mantener abiertos los alojamientos en temporada baja?

Trabajamos, al menos, en dos escenarios para estimular la demanda. Uno pasa por persuadir al Gobierno central para que redireccione los recursos no invertidos este año en el programa del Imserso para promover viajes atendiendo a segmentos familiares, parejas o jóvenes. Y, por otra parte, nuestro departamento, tras un acuerdo parlamentario importante, va a lanzar este otoño un bono viaje para consumir turismo en nuestra Comunitat.

Por el momento, solo hay ERTE hasta finales de septiembre, y hay en vilo unos 15.000 empleos en el sector en Castellón. ¿Hay que alargar las suspensiones temporales de empleo y hasta cuándo?

Hasta que sea necesario. Punto. Este sector ha caído 4 veces y se ha levantado 5. Lo ha hecho casi todo a pulmón. Cultura del esfuerzo en vena. Así son los verdaderos profesionales del turismo pero ahora necesitamos el consenso social y económico necesario para abordar la singularidad del sector.

¿Hay miedo ante cierres definitivos de negocios?

Esa es nuestra máxima preocupación. Podemos prescindir de otras cosas pero no del tejido productivo. Este sector se compone de un variado mosaico de empresas fundamentalmente de tamaño pequeño y mediano, sin las cuales no hay oferta ni modelo ni futuro. El drama sería que el ERTE acabase en ERE y en la mortalidad de un proyecto. Levantar una empresa cuesta una vida, destruirla… demasiado poco.

¿Cuáles han sido las ayudas preparadas por Turisme Comunitat Valenciana para hacer frente al momento que está pasando esta actividad económica?

Nuestra obsesión ha sido no sacrificar ni uno de los programas que teníamos concertados con todo el ecosistema público y privado del sector, reorientando y readaptando convenios e incentivos y ayudas al periodo covid. Quizá ponga el acento en el decreto de ayuda directa dedicado a todas las pymes y autónomos inscritos en programas de calidad, creación de producto, agencias de viajes o festivales de la marca Mediterranew Musix (más de 6 millones). En este maldito 2020 también hemos tenido que hacer frente a la reparación de los estragos de los temporales con nuestros fondos. Ahora dedicaremos otros 5 millones al bono y los presupuestos del 21 deben interpretar muy bien las verdaderas prioridades del sector.

La costa ha salido malparada de esta temporada, pero el interior ha mejorado resultados respecto a otros veranos. ¿Qué conclusiones se pueden sacar al respecto?

Que nuestro interior haya funcionado razonablemente bien siempre será una noticia alentadora. Ha funcionado la inspiración del viaje ligada a evitar masificaciones.

¿Qué impacto ha tenido la cancelación de los grandes festivales del 2020 en las localidades de la provincia que los acogen y sus zonas de influencia?

Un impacto elevado, enorme. Ahora nos damos cuenta de la bendición que representan para nuestra provincia. Solo quiero recordar a todos que los festivales se autoinmolaron para proteger a la sociedad. No lo vayamos a olvidar.

Ante la expectativa de una segunda oleada, y un alargamiento de las medidas de prevención, ¿tiene lógica pensar en los preparativos de Fitur?

Dependerá del momento sanitario que vivamos en enero de 2021. Lo cierto es que cobra más sentido que nunca la estrategia digital. El peso de las ferias presenciales seguirá pero la gente toma cada vez más decisiones desde su móvil.

¿Cuáles de los cambios en el turismo generados por el covid-19 han venido para quedarse?

Creo que nos hemos dado cuenta de que vivimos en un mundo frágil. Estamos hechos de olvido y eso me preocupa. Que cuando escampe volvamos a las andadas… pero un clásico también dijo que estamos hechos del material de los sueños… La gran lección es la interdependencia. Nos necesitamos todos. Y necesitaremos viajar para seguir buscando la felicidad. Esa es la esencia del turismo. En esta vida todos somos en algún momento turistas o residentes, todos jugamos de local o visitante… Esto seguro que pasará y el turismo resurgirá. H