Si hay pioneras en la provincia, sin duda entre ellas están María y Carmen. Ellas fueron, hace más de cinco años, las primeras estibadoras del puerto de Castellón y afirman no haber tenido ni un problema, ni con el resto de compañeros --son seis mujeres entre unos 150 hombres en un mundo hasta hace no mucho reservado para ellos--, ni tampoco para realizar los diferentes trabajos de la profesión.

Hasta el punto de que el pasado martes ambas realizaron su primer jornal en la trinca de contenedores: una dura labor que consiste en asegurar, con pesadas barras de hierro de hasta ocho metros, los contenedores que viajan apilados en las cubiertas de los barcos. Son de las primeras mujeres de España en llevar a cabo esta tarea, que hay hombres que no son capaces de realizar. «Estoy contenta de poder con ello, no todos los hombres del puerto pueden; algunos tienen vértigo y otros no pueden levantar las barras», señala Carmen Gil.

Y es que, cuando hay más de 4 contenedores apilados, deben subirse a una jaula especial que la grúa sostiene en el aire. «Es un trabajo muy pesado. Las barras las levantamos entre dos personas», concreta María Gual.

Pero no es su única labor dura. Conducen grandes máquinas, como palas excavadoras, y, dado que muchos de sus jornales son como peones, les toca tirar de pala i de lligona para vaciar las bodegas de barcos de arcilla y otros materiales. «Por ahora no me he encontrado ninguna faena que no pueda hacer», apunta María. Y el objetivo de ambas es superar los cursos para poder dirigir las grúas o ser capataces, el más alto rango de los estibadores: «Mi meta es hacer todo los trabajos del puerto», dice orgullosa Carmen.

Para los compañeros solo tienen palabras de agradecimiento: «Somos uno más».