En las últimas semanas se han producido en el interior de la provincia diferentes rescates de buscadores de setas que se habían perdido en el monte. Todos ellos han tenido final feliz, pero han supuesto la puesta en marcha de un amplio dispositivo de efectivos, entre miembros del Consorcio Provincial de Bomberos, medios de Emergencias del 112 e, incluso, el equipo de rescate de montaña de la Guardia Civil. Este asunto reabre el debate de quién abona estos costosos dispositivos si el motivo de su puesta en marcha es una imprudencia.

En este asunto la teoría difiere de la práctica. Y es que la Agencia de Seguridad y Respuesta a las Emergencias rehusa cobrar los rescates por la dificultad de demostrar si se trata de una temeridad, según fuentes del departamento que dirige José María Ángel. La normativa al respecto es clara y recoge que todo aquel que cometa una negligencia deberá hacer frente a los gastos derivados del dispositivo puesto en marcha. Además de las complicaciones para dictar si se está delante de una temeridad, otro de los problemas para multar también está en que no existe una unidad recaudadora al respecto.

otras comunidades // Actualmente, junto a la Comunitat Valenciana, otras siete comunidades autónomas, entre las que se encuentran Cataluña, Asturias, País Vasco, Navarra, Cantabria, Castilla y León y Canarias prevén el cobro de una tasa en aquellos rescates que se produzcan bajo determinadas circunstancias y en relación a los medios utilizados para el mismo, a pesar de que en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado estén obligados a actuar de forma gratuita en España, según revela el recuento realizado recientemente por una conocida compañía de seguros.

La primera comunidad autónoma en incluir esta medida fue Cataluña, aprobando en el 2005 la modificación de la Ley de Medidas Financieras, en la que se recoge la posibilidad de aplicar un coste a estos dispositivos, especialmente, en casos de imprudencias, como falta de equipamiento u omisión de observar una alerta meteorológica, o incumplimientos, como acceder a zonas de acceso prohibido. A partir de ahí se fueron sumando nuevas regiones, adecuando sus normas.