Un año más, y como prólogo a las intensas emociones del día grande de Sant Pere, tuvo lugar la recuperada ceremonia de la rentà de cara de la imagen cerámica que representa al santo marinero en el balcón del domicilio de la familia Cumba, en la plaza de la Virgen del Carmen, un acto que forma parte del imaginario colectivo de los graueros.

Testigos de excepción del ritual fueron las reinas de las fiestas marineras, Rebeca Robles y Gal·la Calvo; el presidente infantil de la comisión, Lucas Bou; el teniente alcalde del distrito marítimo, Rafa Simó, y la concejala de Gente Mayor, Mary Carmen Ribera, quienes vivieron expectantes este momento matinal de Sant Pere.

Emoción intensa también instantes después cuando Vicente Campos Bastán recibió el Aladroc d’Or, máxima distinción de la comisión de fiestas del Grao, de manos de la alcaldesa de la ciudad, Amparo Marco, que comenzaba a disfrutar de la jornada central de los festejos graueros. Era el inicio de una jornada trascendental en la vida ciudadana.

La fecha esencial del fervor y la admiración hacia el santo marinero que es portador de las llaves del Reino de los Cielos.