Las obras para acondicionar el refugio antiaéreo de la plaza Tetuán ya están en marcha, por lo que será visitable durante el 2018. Los trabajos, adjudicados por 64.400 euros a Gimecons Construcciones, tiene un plazo de ejecución de tres meses y se centran en la adecuación de una nueva boca de acceso en la plaza Tetuán, otra de salida de emergencia y ventilación en la plaza del Rey, la eliminación de los tubos innecesarios que dieron servicio a las obras del TRAM, pasamanos en cada escalera y limpieza de humedades y fango. Mediterráneo accedió al refugio y comprobó in situ el estado de la intervención que permitirá descubrir el Castellón bajo las bombas, puesto que esta obra forma parte de un ambicioso proyecto que pasa por la creación de un museo de la ciudad.

La idea es que se abra al público y que se pueda estar en su interior el tiempo necesario para que se realice la descripción del hecho de la guerra civil y de los servicios de la defensa pasiva. El objetivo final es tener un museo de la guerra de 1936-1939 y de la forma que tenía la población civil de protegerse dentro del refugio del peligro de las bombas. La importancia de reabrir este vestigio histórico reside, para el departamento de Cultura, no solo en poner en valor la construcción, sino también dar a conocer una parte de la historia, para saber cómo era el Castellón de la época de la guerra civil española. Para ello, reservarán una partida en el presupuesto del 2018. Un plan museístico en el que participa el Grup per a la Recerca de la Memòria Histórica.

HISTORIA

Este búnker antiaéreo fue construido en 1937 y, según consta en el proyecto de rehabilitación y acondicionamiento «está en muy buenas condiciones constructivas para poder adecuarlo y visitarse». Además, detallan que «el acceso a los túneles --a tres niveles-- se hace por una escalera que llega a los 13,20 metros de profundidad y hace un itinerario de zigzag (para evitar el efecto de la onda expansiva de las bombas)».

En la ciudad, según un estudio realizado por la Asociación de Refugios Históricos de Castellón, del que ya se hizo eco este periódico, durante la guerra civil se construyeron 43 refugios públicos y más de 300 privados.

Los primeros se edificaron en noviembre de 1936 cuando empezaron a caer las primeras bombas, pero se derruyeron un año después porque no tenían suficiente consistencia para soportar los bombardeos. En base a la misma investigación, en agosto de 1937 se inició de nuevo la construcción de refugios bajo otros requisitos para que soportaran las explosiones. Los búnkeres privados, dentro de casas familiares, daban cobijo a unas diez personas y los públicos podían llegar a alojar a más de 100.