La empresa castellonense Graphenglass ha desarrollado un respirador (CPAP) que no necesita electricidad y abarata el precio de los que se usan en las UCI. Con su uso se espera aliviar la carga de este servicio en España y ayudar en la lucha contra el covid -19 en países en vías de desarrollo.

El dispositivo, según explica Vicente Montesinos, consejero delegado de la compañía, es cien veces más barato que los usados en las unidades de cuidados intensivos, que cifran en no menos de 50.000 euros, y su autonomía hace que pueda ser aplicado «en entornos tanto hospitalarios, como extra-hospitalarios o traslados».

El CPAP suministra un flujo constante de aire y oxígeno en la boca y la nariz del enfermo y, al hacerlo con presión, los pulmones permanecen abiertos y así aumenta la cantidad de oxígeno que ingresa en ellos, lo que reduce el esfuerzo que debe hacer el paciente para respirar. Además, en Lombardía (Italia), una de las zonas del mundo más castigadas por el coronavirus, la mitad de los contagiados que usaron este tipo de respiradores no tuvo necesidad de ingresar en la UCI.

El CPAP está completando los ensayos clínicos y su validación por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, y las primeras unidades las destinarán a países de Centroamérica, donde sus respectivos ministerios de Sanidad ya se han interesado por el suministro de urgencia de ese dispositivo.