La unidad y el consenso que no ha habido entre empresarios y Gobierno a la hora de abordar la polémica por la derogación de la reforma laboral sí se da en la Comunitat, donde tanto las entidades empresariales como el Consell abogan por combatir desde el diálogo social y la estabilidad la urgente reactivación económica. Así lo han puesto de manifiesto tras el controvertido y sorprendente pacto entre el Gobierno y Bildu para acabar con la reforma laboral. El revuelo dentro de las filas socialistas y dentro del propio Ejecutivo de Pedro Sánchez, con la ministra de Economía, Nadia Calviño, al frente, por esta decisión no se ha logrado calmar ni con la anunciada rectificación al acuerdo. Además, se vislumbra cierta fractura entre Unidas Podemos y el PSOE.

La reacción inmediata de la patronal española, la CEOE, no se hizo esperar, dando por roto el diálogo social. En este sentido, el presidente de la Confederación de Empresarios Valenciana (CEV), Salvador Navarro, y Vicente Boluda, máximo responsable de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), así como al jefe del Consell, Ximo Puig, trasladaron un mensaje unánime de que no es momento de conflicto.

Navarro rechazó «de forma contundente» los intentos por «aprovechar el estado de alarma para derogar la reforma laboral». Por su parte, Boluda señaló que esta medida «aumentaría el impacto devastador de la crisis sanitaria en nuestra economía y en el empleo». Desde la patronal cerámica Ascer consideran «incomprensible que se plantee la cuestión en plena debacle económica». «Poner en riesgo los puestos de trabajo de millones de españoles cuando el país está casi en quiebra es una insensatez»

Puig aseguró que esta derogación estaba en el programa de gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos, aunque reconoció que la nueva arquitectura laboral «se tiene que hacer desde el acuerdo y en el marco del diálogo social». Desde las filas populares le reclamaron más contundencia y «no justificar» el acuerdo entre el Gobierno y Bildu.

Por su parte, la vicepresidenta, Mónica Oltra, vio ayer «sano» que haya diferencias en el Gobierno y exigió que los trabajadores «no paguen la crisis». Más informacion en páginas 34 y 35.