El Air Force One aterrizaba el pasado 20 de marzo en Cuba y Barack Obama se convertía en el primer presidente de Estados Unidos que visita la isla caribeña en más de 80 años. Un gesto que para los analistas debe contribuir a descongelar las relaciones diplomáticas entre ambos países pero también a abrir la Habana a las empresas españolas. Y Castellón también podría deshojar la margarita. Porque ahora sí se cumplen todos los requisitos: la república caribeña que transita hacia la liberalización habla español y, además, necesita capital, equipamiento y tecnología.

Después de unos años a la baja, las exportaciones de Castellón a la isla han vuelto a crecer. Durante el 2015 lo hicieron un 17,46% hasta superar los 4,3 millones de euros, según datos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX). A pesar de este importante repunte, el peso de las ventas a Cuba todavía es mínimo, sobre todo si se tiene en cuenta que las empresas de la provincia facturan en el exterior algo más de 6.000 millones de euros. Así se explica cómo este mercado caribeño ocupa el puesto 39 en el escalafón de los países que son destino de las exportaciones de productos made in Castellón. Con todo, y gracias al fuerte tirón de las ventas registrado el año pasado, Cuba ha escalado posiciones en el ranking, ya que en el 2014 ocupaba el número 50.

La presencia de empresas de Castellón en la isla no es nueva. Ha sido progresiva desde principios de los noventa y con grandes altibajos. El máximo histórico de exportaciones se alcanzó en el 2011, con ventas por valor de más de 7 millones de euros. Desde ese año, los envíos fueron a la baja hasta que a partir del 2014 volvieron a recuperarse.

La provincia exporta a Cuba productos por valor de 4,3 millones de euros y el pastel se lo reparten entre muy pocas empresas. Solo son40 las compañías de Castellón con negocios en la isla y, de ellas, apenas una docena son regulares, es decir, encadenan cuatro años consecutivos exportando productos a la Habana. El producto estrella son los azulejos. Nada menos que casi el 65% de los envíos son pavimentos y revestimientos, seguidos de fritas y complementos de decoración.

Exportar a Cuba no es fácil y no lo es (al menos, hasta ahora) porque cualquier venta suele venir acompañada de un importante riesgo de pago que se puede demorar hasta en 360 días. H