Si hay algo que por definición no gusta a las empresas es la incertidumbre, es decir, el hecho de no saber qué será de un determinado mercado a medio plazo. Y eso es precisamente lo que les ocurre a los sectores más importantes de la economía castellonense con el brexit. A la espera de lo que pase con el gobierno britanico que todavía dirige Theresa May o de conocer la letra pequeña del acuerdo con la Unión Europea, el temor se centra en las condiciones futuras de venta en un país al que la provincia exportó el año 2017 por valor de 354 millones de euros, solo por detrás de Francia, Italia y Alemania.

Pese a que el conjunto de las exportaciones aguanta y previsiblemente el año se cerrará en positivo, algunos de los sectores más importantes de la economía provincial, como el azulejo, ya sufren las consecuencias y sus ventas a la Pérfida Albión cayeron un 2,4% hasta agosto. Aunque la patronal Ascer considera que es «pronto» para sacar conclusiones, varios empresarios del sector consultados por este diario manifestaron su temor a que las exportaciones se compliquen aún más «si la lira sigue devaluándose frente al euro», pues a los británicos les saldrán más caros los azulejos de Castellón.

RECESIÓN

Desde el sector azulejero, que el año pasado exportó al Reino Unido por valor de 172,8 millones de euros, también mostraron su miedo a que las turbulencias vinculadas a la ruptura con la Unión Europea supongan una recesión para un país que es clave para el Tile of Spain, puesto que tiene más intereses en el mismo que Italia, su más directo competidor.

En la misma línea se manifestaron los exportadores citrícolas. El presidente de Asociex, Jorge García, señaló la posibilidad de que aumenten las inspecciones y los controles en las aduanas a las clementinas y naranjas de Castellón, pues esto «provocaría un aumento de los costes logísticos». «El mercado británico, al que se venden unas 250.000 toneladas, apuesta por la fruta de calidad y por ello un descenso afectaría a un tipo de producto característico de Castellón», indicó. Por el momento, las ventas no se resienten y suben un 15,8% respecto a los 69 millones del año 2017.

También el sector turístico siente ya las consecuencias del brexit. El número de británicos que optaron por la provincia para pasar sus vacaciones descendió un 13,8% hasta el tercer trimestre, y ello pese a los esfuerzos del sector --hoteles, administraciones y aeropuerto-- por consolidar el mercado en los últimos años. Aún con estos datos el presidente de la patronal Ashotur, Carlos Escorihuela, abrió la puerta a la esperanza y manifestó que una ruptura acordada «es mucho mejor que una desconexión desordenada».