Vicente García, de Moncofa, como tantos otros compañeros, ha estado casi dos meses en casa y esta semana ha vuelto a trabajar en dos mercados de la provincia de Valencia y en la Vall d’Uixó. En cuanto a la organización, asegura que «está bastante bien en relación a como están las cosas», y es que entiende que «hay que ser coherente con la situación que vivimos y tener paciencia».

Rosa Ana dejó de trabajar el 13 de marzo y ha vuelto a la actividad esta semana en Almassora, Betxí, Benicàssim y Borriol. Destaca que el estado de alarma «nos pilló de sopetón y no pudimos organizarnos para servir a nuestros clientes a domicilio», por lo que han estado parados hasta hace pocos días. Extreman las medidas de higiene y seguridad exigidas por los consistorios.

Mohamed compra en el mercado de Almassora siempre que puede «porque encuentro fruta y verdura de calidad», pero lleva toda la cuarentena sin poder hacerlo. La alternativa este tiempo ha sido el supermercado, «pero es que aquí puedes elegir lo que quieres». La diferencia con el retorno es destacable: «Hay pocas cosas y poca gente». Siente que todos son respetuosos.

Merche es sanitaria y por su trabajo resulta raro verla por el mercado de Nules, pero con la reapertura ha aprovechado para acercarse. «Está muy bien organizado, si alguien se despista le informan, aunque en general la gente que he visto está siendo respetuosa con los nuevos límites que nos debemos imponer». Con el distanciamiento marcado en el suelo, valora la organización.

El paro forzoso Jouezhmi se lo ha tomado «con tranquilidad». De vuelta a la calle, con sus frutas y verduras, señala que la vuelva a la normalidad «dependerá de que haya venta, de que los clientes vengan», porque en la Vall, ayer, se acusó la baja afluencia de público «y al final es obvio que el mercado depende de que haya venta». Habrá que esperar, porque la gente está mareada.

El primer mercado de Armando después de más de 50 días fue el de Nules, el miércoles y esta misma semana ha estado en el Grau de Castelló y Vila-real. En cuanto al dispositivo de seguridad establecido en el distrito marítimo, incidió en que «hay mucho control y así la clientela se siente más segura». Alguna persona se despista «pero avisas y lo entienden, hay que ser pacientes».

Brigi Montealegre, vecina de Nules, ha limitado estrictamente sus salidas durante el confinamiento, entre otras cosas porque debía hacerlo para trabajar. Con la reapertura del mercado, «aunque antes venía poco, ahora he aprovechado este tiempo para comprar fruta y verdura frescas». Su impresión el miércoles fue que «todo está muy limpio, aunque sigue causando respeto».

María Amparo, de la Vall d’Uixó, considera que «es mucho más seguro, o al menos así lo siento yo, comprar en el mercado que en el súper, porque aquí hay más espacio y más separación». Además, clienta habitual de la cita de los viernes, «echaba de menos venir, porque aquí hay mucho variedad de fruta y verdura, son productos frescos y sabes que son de calidad», está convencida.