La alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, hace balance de los tres años de gobierno con la prioridad de mejorar la calidad de vida de los castellonenses cara a las elecciones del 2019 y con la intención de seguir en la alcaldía para continuar las políticas progresistas del actual gobierno.

--A menos de un año de las próximas elecciones municipales, ¿qué proyectos son indispensables para cerrar este mandato?

-El objetivo es cumplir al máximo el Pacte del Grau, las más de 400 actuaciones que se consensuaron en 2015 entre los tres partidos de izquierda para impulsar el cambio de la ciudad. Todos los proyectos son importantes, pero obviamente pondremos el máximo esfuerzo en aquellos que están más ligados a la calidad de vida de las personas. Una prioridad es el Plan General, porque tenemos que restaurar el planeamiento urbanístico y atraer inversión. La rehabilitación del edificio de Borrull estará en marcha, recuperaremos el centro de Alzheimer e impulsaremos la reforma y construcción de cuatro colegios. También avanzarán proyectos estratégicos, como la intermodal y el centro de salud del Raval.

--¿Cómo valora la gestión de los tres años de legislatura? ¿Qué proyectos destaca?

-Si echamos la vista atrás, se ve con claridad la enorme capacidad de gestión del gobierno municipal. La política económica que hemos aplicado ha permitido recortar la deuda y bajar impuestos y tasas. Esa contención del gasto ha permitido fomentar la creación de empleo con planes de formación municipales e incrementar las obras públicas. Además, quiero destacar la consecución de 20 millones de euros de fondos europeos de la estrategia Edusi, los nuevos eventos turísticos, como Escala a Castelló, y la potenciación de las políticas sociales, la dinamización social y cultural, la participación ciudadana permanente en los grandes proyectos de ciudad… En tres años hemos conseguido dar un vuelco al Ayuntamiento.

--¿Considera que el gobierno bipartito ha respondido a las expectativas depositadas en él?

-Está claro que nunca llueve a gusto de todas. La percepción personal que tengo es que hay una mayoría que está contenta con el Ayuntamiento y avala el cambio. Obviamente, habrá ciudadanas y ciudadanos que piensen lo contrario, aunque me da la sensación que el rechazo al gobierno es más ideológico que otra cosa. El cambio se ve y este año que queda aún se verá más.

--El ‘Pacte del Grau’ es la hoja de ruta del gobierno municipal. ¿El porcentaje de cumplimiento es el deseado? ¿Por qué piensa que no se ha podido avanzar más?

-El nivel de cumplimiento es elevado, sobre todo si tenemos en cuenta que hay actuaciones que se ejecutan en fases. Pero este pacto no es solo una cuestión numérica. El Pacte del Grau es una forma de gobernar desde el consenso, con diálogo y capacidad de entendimiento. Es evidente que un gobierno minoritario tiene un ritmo de gestión distinto, por esa necesidad de acuerdo permanente para las grandes cuestiones. En mayo de 2019 comprobaremos que el nivel de cumplimiento será muy alto.

--Hace unos días apelaba a la lealtad de los socios del pacto tras el ofrecimiento de Compromís a CSeM de entrar ahora en el gobierno. ¿Cuál es su diagnóstico, como alcaldesa, del estado actual del ‘Pacte del Grau’ y su correlación de fuerzas?

--La lealtad es esencial cuando se gobierna en coalición. Eso es a lo que me quería referir y creo que se entendió bien. Dije que me mantengo leal a ese espíritu que permitió que la izquierda de Castellón se entendiese y gobernase tras 24 años de la derecha en el poder. Es evidente, y comprensible, que pueda haber diferencias. Las había en el PP en mayor medida cuando gobernaba, con fricciones internas y conflictos personales. Discrepar es sano y debemos acostumbrarnos a que los demás piensen diferente. No me asusta la discrepancia si al final es productiva para Castellón.

--¿Se ha sentado con sus socios de Compromís para estudiar esta oferta? ¿Por qué considera que ahora no es el momento de abrir las puertas a CseM?

--En ninguna reunión del gobierno municipal se ha planteado esa posibilidad, por lo tanto no se ha analizado, ni estudiado, ni valorado. Yo comprendo que haya cierto nerviosismo preelectoral, pero hay que alejar cualquier tentación partidista de lo que es la gestión del gobierno. Castelló en Moviment tuvo la oportunidad de integrarse en el gobierno en 2015, pero prefirió mantenerse en la oposición, desde donde ha realizado un trabajo de colaboración solidaria en el impulso a la gestión municipal. Mi opinión es que es conveniente mantener la estructura, sin alteraciones. Un cambio como el que se plantea no garantizaría la eficacia en la gestión y no contribuiría al desarrollo del Pacte del Grau.

--¿Cómo valora el papel que está desempeñando el PP en la oposición tras 24 años con responsabilidades de gobierno?

--El PP debería hacer autocrítica. Si lo hiciera comprendería que está haciendo oposición desde la nube, sin tocar tierra. La mejor forma de valorar su labor es poner en un lado de la balanza las iniciativas de promoción económica y empleo que han presentado, y en el otro lado la crispación y el conflicto. Pesa más la polémica. Su paso por la oposición será irrelevante y no mejorará la calidad de vida de la ciudadanía.

--Y, ¿cómo calificaría la oposición de Ciudadanos?

--Ciudadanos no tiene un perfil propio y se deja arrastrar por la vorágine del lío que alimenta el PP. Ha sido decepcionante ver cómo han aparcado la sensatez y se decantan por un estilo de oposición gregario e improductivo. Han tardado en comprender la dinámica de la política municipal. Quizá haya sido consecuencia del desgobierno interno en el seno del grupo municipal.

--La campaña electoral ya ha empezado y cada partido empieza a marcar distancias. ¿Cómo afectará esto a un gobierno sustentado por tres partidos?

-Me gustaría que no afectase. La ciudad de Castellón está por encima de las siglas. No sé si todos los grupos municipales y los partidos lo tienen claro, pero yo sí. Soy alcaldesa de todas las ciudadanas y todos los ciudadanos, de los que nos votaron y de los que no lo hicieron. El que no lo entienda está equivocado.

--¿Cómo es la relación del partido socialista con Compromís, su socio de gobierno?

-El PSPV puede discrepar con Compromís, pero dentro del margen de entendimiento y siempre con la voluntad de estar unidos en el mismo proyecto.

--¿Y la de PSPV con CSeM, el partido que sustenta el pacto?

-Con Castelló en Moviment, la relación es buena, aunque intenten guardar las distancias y quieran mantener una cierta equidistancia, a veces poco comprensible. Algún analista ha dicho que les hace falta un baño de realidad. Si gobernaran, serían más cautos y se darían cuenta de que en muchas ocasiones las utopías chocan con el derecho administrativo. También hay que reconocer lo bueno y reconozco que han sido importantes para impulsar el proyecto de cambio.

--¿Llegará vivo el pacto de gobierno a mayo del 2019?

-Por supuesto que sí lo hará. Si depende de mí, así será.

--Hoy por hoy, ¿reeditaría el ‘Pacte del Grau’ en 2019 para seguir en la alcaldía o buscaría otras alianzas? ¿Se podría plantear gobernar con Ciudadanos?

--Hace tres años Castellón dejó claro en las urnas que el futuro político pasaba por la unión de la izquierda. En mayo del 2019 volveremos a someternos a ese escrutinio y que vuelva a ser la ciudadanía la que decida. Me gustaría que la decisión fuera también la de un gobierno progresista, pero debemos ser respetuosos con la expresión de la democracia.

--¿Cree que la entrada de Pedro Sánchez en el Gobierno central beneficia al PSPV local cara a las elecciones municipales?

-El cambio de gobierno ha oxigenado la política. Las encuestas constatan que la moción de censura era necesaria para abrir un tiempo en el que se den respuestas a los problemas del país, ante la pasividad de Rajoy y la corrupción sistémica del PP. No sé aventurar si eso afectará de alguna manera a las candidaturas municipales, si tendrá un efecto positivo. Me gustaría pensar que sí.

--Avanzó en anteriores entrevistas que se presentaría a las próximas elecciones. Se mantiene como candidata del PSPV, ¿no?

-Sí, esa es mi voluntad. En cuatro años más de gobierno podremos avanzar en las políticas progresistas que necesita Castellón. Quiero seguir participando en este proyecto de ciudad.

--Volviendo a la gestión municipal. El Plan General es uno de los pilares de su mandato. ¿Tendrá Castellón nuevo ordenamiento urbanístico antes de mayo del 2019? ¿Alguna alegación podría frenar el documento?

--El área de Urbanismo está trabajando a todo ritmo para que el Plan General sea una realidad cuanto antes. El pormenorizado se expondrá al público en unas semanas. Cada alegación que se presenta es una idea que debemos valorar. Si es viable, se incorporará. La principal prisa que tenemos es que el PG que se apruebe sea el mejor para Castellón.

--Otro de los proyectos estrella es la reforma del edificio Borrull. ¿Cuándo empezarán las obras?

-El Ayuntamiento y la Generalitat están definiendo de forma conjunta el proyecto técnico y en breve se dará a conocer. Mantenemos la intención de que las obras se puedan licitar a finales de este año o principios del 2019.

--La gestión económica es una de las que más repercute directamente en los vecinos. ¿Qué se ha hecho para rebajar la presión fiscal y qué queda por hacer?

-Hemos conseguido recortar la deuda de una manera espectacular, al pasar de un 80% a un 29% de los ingresos corrientes. Pero lo mejor de todo es que este control financiero no ha afectado al presupuesto ni a las inversiones. Ahora estamos evaluando si es posible impulsar una tercera reforma fiscal en esa misma línea.

--CseM ha puesto deberes. Vivienda, medio ambiente, remunicipalización de servicios y prevención de la corrupción. ¿Qué avances piensa que se pueden hacer y cuáles considera que son las asignaturas pendientes?

-La vivienda es uno de los temas que más insatisfacción y preocupación genera. El parque de vivienda social que recibimos era de vergüenza y hemos impulsado un plan de reforma integral. Hubiera deseado mayor implicación de los bancos, pero su compromiso se quedó en falsas promesas. Gracias a Bienestar Social ninguna familia de Castellón ha dormido en la calle. En medio ambiente se han incorporado propuestas como el Vila Verda; la remunicipalización es compleja y se avanza lentamente; y el órgano de prevención de la corrupción debe ajustarse a la legalidad.

--El colector de Borriol. La obra ha estado pendiente de su firma, que ha vinculado a mejoras en la depuradora de Castellón. ¿Por qué ha tardado en dar el ‘OK’?

--La inversión en la depuradora es necesaria para recoger en condiciones las aguas de Borriol. En el momento que tuve garantías plenas de la Conselleria de que invertirán 2,4 millones en Castellón, firmé el convenio para el colector. He defendido el interés general de Castellón por encima de otros personales o partidistas.

--La cruz de los caídos del parque Ribalta. ¿Cuándo se retirará? --Todo a su debido tiempo. Una intervención en un bien de interés cultural, como es el parque Ribalta, exige el respeto escrupuloso a la normativa. Actuaremos cuando los informes técnicos lo autoricen y entonces se podrá trasladar a otro emplazamiento.

--¿Considera que la crisis en fiestas se ha gestionado correctamente? ¿El cese de Bellido por el consejo rector, sin convocar la asamblea, fue la mejor opción?

--La mejor opción ha sido la de pacificar las fiestas. Llevamos semanas de tranquilidad en la que el Patronat y la Junta de Festes trabajan coordinadamente para tener en 2019 las mejores fiestas de la historia. Visto ahora se puede pensar si se debería haber actuado antes. No lo sé. La realidad es la que es. Estamos convencidas de que se hizo lo que se debía.

--Y la Banda Municipal de Música. ¿Cree que se podría haber convocado antes la plaza de director y paliado así el malestar?

--La situación de desgobierno en la banda se generó durante el mandato anterior. El PP es el máximo responsable de la conflictividad personal y laboral que existe, porque no intervino cuando debía. Este gobierno ha tratado de actuar con sensatez y cautela, con la idea de que la banda sea dirigida por el mejor director o directora. El proceso para la selección está en marcha. Esa es la mejor respuesta que le puedo dar.

--El topónimo será Castelló de la Plana y Grau. Pidió tiempo a su socio para hacer una campaña informativa antes de aprobar la modificación, con duras críticas de la oposición. ¿Cuál es su valoración de Castelló?

--Me hubiera gustado que la derecha hubiera abandonado el tremendismo y no hubiera hecho política de destrucción. No han podido objetar los criterios científicos, históricos y filológicos y se han dedicado a alimentar la crispación social. Con poco éxito. Creo que con el tiempo, esta decisión se entenderá mejor por parte de quienes ahora la rechazan.

--¿Cuándo se sentará la alcaldesa con el CD Castellón para la firma del convenio del Castalia?

-Una comisión municipal está ultimando la propuesta de consenso. Tengo confianza en que se desbloqueará pronto, precisamente ahora, tras el ascenso.