Los propios médicos aseguran que los enfermeros son quienes han trabajado en la UCI de una manera más dura. Prácticamente, como ellos dicen, «se han doblado». Marian Moran, Vicen Dávila y Aurora Iranzo, enfermeras de la UCI, reconocen estar «muy cansadas» tras un mes y medio de batalla sanitaria contra el coronavirus. «Lo peor fue la segunda quincena de marzo. No dábamos abasto. No teníamos tiempo de explicar cosas a las enfermeras que venían de fuera de la UCI para reforzar la plantilla. Veíamos cómo se estaba descontrolando la situación en Madrid y pensábamos: que no llegue aquí porque si nos vemos en esas, no sé cómo lo haremos», dice Aurora Iranzo.

«La organización ha sido una locura porque hemos tenido que cambiar absolutamente todo. Ahora hay un protocolo muy específico para cosas que antes no hacíamos y hay que ser muy meticuloso. Hay que reconocer que la organización ha sido buenísima», relatan las sanitarias del Hospital General.