La decisión del Gobierno de cerrar los centros educativos en todo el país debido a la propagación del coronavirus pilló en fuera de juego a los profesores. Y no porque la medida fuera inesperada y obligada ante la gravedad de la pandemia, sino por la necesidad, de un día para otro, de cambiar los métodos educativos e improvisar la manera de dar las clases a través de su domicilio y con un ordenador.

De la noche a la mañana se vieron obligados a prescindir de la pizarra, los power points y las diapositivas en el proyector. Ahora, las clases giran en torno al plan Mulan, la plataforma que recoge los portales Mestreacasa, dirigido para Infantil y Primaria, Aules para ESO, FP básica y Escuela Oficial de Idiomas, así como Webex para Bachillerato y FP. Es a través de estas webs donde los docentes trasladan los contenidos a los alumnos para que puedan continuar el curso a distancia y no pierdan los conocimientos aprendidos durante el año académico.

PROCESO DE ADAPTACIÓN / No obstante, la metamorfosis de la docencia no ha sido un proceso nada sencillo. Tal y como reconocen desde Conselleria, el sistema no estaba preparado, en un primer momento, para acoger a los cientos de miles de usuarios que se reúnen en estos portales, por lo que durante los primeros días estudiantes y profesores tuvieron problemas para acceder, e incluso se produjeron interrupciones temporales de la plataforma, impidiendo que los alumnos accedieran a los contenidos. Un hándicap que solucionó rápido la administración reforzando el sistema con nuevos servidores que multiplicaron hasta por cuatro veces su potencia, lo que mejoró notablemente el servicio y facilitó el trabajo de los profesores.

Y es que el confinamiento ha sido el examen más difícil al que se han enfrentado los profesores, ya que han tenido que trabajar en un tiempo récord con herramientas que desconocían y compaginar su vida familiar para seguir ayudando a sus alumnnos.