Ernesto Santateresa, Subdirector de Calidad Ambiental de FACSA, es el responsable del innovador proyecto Covid Water de la compañía castellonense, que se aplica con éxito no sólo en la capital de la Plana, sino en medio centenar de ciudades de toda España. Santateresa explica a Mediterráneo las claves del proyecto.

--¿Cómo funciona esta tecnología para detectar el covid en aguas residuales?

-El fundamento del estudio Covid Water es la técnica conocida como Epidemiologia Basada en Aguas Residuales, con el fin de aportar información objetiva y cuantitativa del estado de salud de una población, así como de sus factores de riesgo a partir del análisis de las aguas residuales. Dicha técnica se ha usado con éxito en otros casos como la observación de comportamientos en el consumo de fármacos, drogas o incluso otros patógenos como el virus de hepatitis A o de la polio a través de las aguas de desecho. En particular, este estudio rastrea la presencia y concentración del material genético del virus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, en las aguas residuales, magnitud que está relacionada con las personas que en ese momento están excretando virus, ya sean asintomáticas, sintomáticas o con la enfermedad activa y/o avanzada. Está excreción comienza entre 5-14 días antes de la aparición de síntomas, lo que permite anticiparse a la necesidad de asistencia sanitaria. Para una mejor visualización, análisis, explotación de la información y toma de decisiones, los datos se despliegan en una plataforma GIS a la que el cliente de FACSA tiene acceso. En ella pueden observar los resultados obtenidos en las aguas residuales de una manera espacial y temporal, su evolución y la combinación con los datos epidemiológicos que las autoridades sanitarias publican con el fin de ayudar en la toma de decisiones rápidas, eficaces y basadas en evidencias científicas.

--¿Qué particularidades tiene Castelló?

-En la ciudad de Castelló tenemos la particularidad de que monitorizan varios puntos de la ciudad, lo que permite observar las tendencias por sectores. Ello queda reflejado en el mapa GIS, de manera que se pueden apreciar las áreas de influencia que se colorean en función de la incidencia observada.

--¿En qué otras ciudades se utiliza esta manera de detectar el covid?

-En FACSA llevamos desde finales de abril realizando este tipo de controles; hasta la fecha llevamos 1.965 controles realizados de los que 711 han resultado positivos. Estos controles se han realizado, incluyendo Castelló, en 47 municipios de Asturias, Andalucía, Asturias, Aragón, Baleares, Cataluña, Murcia y Comunidad Valenciana que, en su totalidad, constituyen 197 puntos controlados. También hemos y estamos realizando servicios de este tipo a empresas privadas de varios sectores.

En las últimas semanas se han unido varios municipios de Baleares, que, dada la evolución de la pandemia, han visto en Covid Water una oportunidad para complementar la información y reforzar sus sistemas de detección temprana de posibles rebrotes de la enfermedad.

--¿Qué son los mapas inteligentes?

-Los mapas tradicionales han aportado durante siglos valiosos datos para plasmar nuestro mundo. Sin embargo, las nuevas tecnologías nos permiten dotarles de capacidades adicionales, enriqueciéndolos mediante la captura, análisis y publicación de información incluso en tiempo real para adaptarlos a necesidades muy diversas. Hablamos entonces de mapas inteligentes o, como se les conoce en el sector, sistemas de información geográfica (GIS), como ArcGIS, la plataforma líder en este terreno, desarrollada por Esri, que permiten identificar diferentes datos sobre un espacio concreto. De esta forma, los mapas ya no son superficies planas con puntos sobre ellos, sino plataformas inteligentes que interrelacionan esos puntos para tomar decisiones.

--¿Qué otras aplicaciones puede tener esta tecnología geoespacial?

-En cualquier situación en la que haya que responder a un ‘¿dónde?’, existe una aplicación directa de esta tecnología. Dado que la mayor parte de los datos que se generan tienen una vertiente geoespacial, los mapas inteligentes y plataformas como ArcGIS de Esri tienen aplicación en muchos sectores y situaciones, desde dónde abrir una nueva sucursal bancaria, por dónde debería desplegarse una nueva línea de metro o incluso entender el patrón de contagio de una enfermedad como la Covid-19. También son útiles, por ejemplo, para gestionar emergencias de diversa índole, entre otras, emergencias meteorológicas como las causadas por las intensas nevadas que han tenido lugar en varios puntos de España estos días.

-- ¿Qué papel juega para Facsa la investigación y la tecnología?

La investigación forma parte del ADN de FACSA. En la actualidad, estamos apostando por proyectos de I+D+i enmarcados en temáticas tan diversas como reutilización de aguas, biorefinerías, simulación de procesos, recuperación de nutrientes, etc. Desde hace años venimos trabajando en el estudio de los hábitos poblacionales a través de las aguas residuales, con estudios de detección drogas y fármacos. Desde el inicio de la pandemia, continuamos esta línea de trabajo con Covid Water, que ha conseguido convertirse en un servicio que aporta valor a sociedad. En este sentido, en FACSA destinamos muchos recursos a investigación, tanto con financiación propia como externa, en colaboración con universidades y centros de investigación. Así en los inicios de este proyecto contamos con la colaboración del Instituto de Plaguicidas y Aguas de la Universitat Jaume I de Castellón, el Instituto Tecnología de la informática de Valencia, CEBAS-CSIC e IATA-CSIC.

-- ¿Qué beneficios suponen para las personas?

-La investigación y la tecnología son la base para el desarrollo de soluciones que den respuesta a los principales desafíos a los que nos enfrentamos como sociedad. En FACSA, ambas nos permiten responder con mayores garantías a los retos del sector, como puede ser la escasez de recursos hídricos y la necesidad de la optimización de su uso, así como contribuir a otras causas globales, tales como el cambio climático o crisis sanitarias como la actual. En relación con la investigación, FACSA apoya iniciativas que todo el personal de la empresa puede sugerir a través de un sistema de participación interno. De esta manera el equipo, además de aportar ideas puede participar en la misma y desarrollar sus conocimientos y habilidades.

-- ¿En qué proyectos se trabaja en el medio plazo en Castelló?

-En la actualidad, estamos desarrollando y trabajando diferentes iniciativas que se enmarcan en el ámbito de la I+D+i. En las depuradoras de Castelló y Alcora, estamos trabajando a escala piloto con dos tecnologías que estamos validando como futura opción de tratamiento de aguas residuales de EDAR, y su regeneración y uso en núcleos cerámicos de la provincia, con el objetivo de reducir el consumo de aguas de acuífero. Esto lo estamos desarrollando en el proyecto REWACER, en colaboración con el Instituto Tecnológico de la Energía, el Instituto Tecnológico Cerámico, y las empresas Gres de Aragón y Estudio Cerámico. Otros de los proyectos de I+D+i más importantes que estamos desarrollando en la provincia, en el área de potables, es el proyecto EMBER, en el que estamos analizando, junto con la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad de Valladolid, la posibilidad de obtener información del mal estado de los cojinetes de las bombas sumergidas que se utilizan para la extracción de aguas de acuífero, mediante el análisis de la corriente. El proyecto finaliza en 2021, y los resultados están siendo muy prometedores.