El caos del brexit mantiene en vilo a los universitarios castellonenses que este curso están con una beca erasmus en Reino Unido y los que prevén marcharse en el 2019, ante una posible caída en un vacío legal si se rompen las relaciones con la UE. ¿Qué pasará con ellos si Reino Unido, el 29 de marzo, se divorcia finalmente de la Europa de los Veintisiete en esta ruptura de nunca acabar? Mientras los jefes de estado y de gobierno buscan un acuerdo con la primera ministra, Theresa May, el tratado de salida ni se reabre ni se renegocia y los estudiantes de la UJI que se quieren ir el curso próximo a Inglaterra penden de un hilo con la convocatoria en marcha en la Oficina de Relacions Internacionals (ORI). «Cara al curso que viene podremos tener una visión más clara de qué pasa, pero sin alarmismos», dice el vicerrector de Internacionalización, Joan Antoni Martín.

Los 23 alumnos que este 2018/19 están ya allí «no tendrán ningún problema», asegura Martín, que explica que «los procesos que actualmente están en marcha no desaparecerán automáticamente. Cada contrato de intercambio tiene vigencia para todo el periodo de la estancia», sea de un semestre o de todo un curso, dentro de este año lectivo.

De la UJI han viajado este curso para hacer Traducción e Interpretación (5), Estudios Ingleses (4), Criminología y Seguridad (4), Turismo (3), Comunicación Audiovisual (1), y un bloque de grados encarados a los negocios como son Administración de Empresas (2), Finanzas y Contabilidad (1) y Economía (1), junto con Derecho (1), con la City económica en el punto de mira. Y se han ido a universidades como las de Londres, Birmingham, Paisley, Coventry, Salford, Southampton y Surrey, según la resolución definitiva de adjudicación de plazas de la ORI.

Lo que más preocupa es, sobre todo, la financiación de los proyectos, pero también el estatus legal, los permisos de residencia, los visados, la protección de datos intercampus, los precios de matrícula y las becas para estudiantes y personal docente e investigador de intercambio, tanto de entrada como de salida en Reino Unido. Sobre todo si la ruptura es absoluta, escenario en el que todos los proyectos y estancias quedarían en un limbo legal.

EN CONTACTO CONSTANTE // «Se mantiene un contacto constante e intenso con los estudiantes, con todos, los del Reino Unido y los otros países», señala el vicerrector. «Probablemente -apunta Martín--, cuando Reino Unido abandone la UE, si finalmente lo hace, ya no será un país miembro del programa Erasmus, pero esto no quiere decir que desaparezca necesariamente del programa». «Cara al curso que viene lo tendremos más claro», dice.