Las bajas médicas por enfermedad común mantienen este año en Castellón un ritmo de escalada que las sitúa ya en 93 al día, como consecuencia, sobre todo, de la mejora de la contratación, aunque esta sea precaria, que hace que los trabajadores recuperen al menos una parte de la confianza perdida y vuelvan a quedarse en casa, con el permiso del doctor, cuando sufren patologías menores, algo que dejaron de hacer durante los años más duros de la crisis.

Las últimas cifras oficiales sobre la evolución de la Incapacidad Laboral Transitoria (ILT) proporcionadas por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, correspondientes al acumulado en mayo del 2017, señalan que el número medio de procesos en la provincia asciende a 2.804, un total de 406 más que el promedio registrado en el 2016, lo que supone un aumento del 17%.

En lo que se refiere al índice de incidencia del también llamado absentismo laboral por cada mil trabajadores, el que realmente mide la evolución proporcional, a la cantidad de personas que cuentan con un empleo, se ha incrementado también en cerca de dos puntos porcentuales, al pasar de 13,24 a los actuales 15,25.

Por el contrario, la duración media de las bajas mantiene una tendencia al descenso y es ahora de 51,22 días, frente a los 53,03 del ejercicio precedente.

más estabilidad // El responsable de Empleo del sindicato CCOO en Castellón, Albert Fernández, explica la evolución al alza al señalar que «la gente está perdiendo el miedo porque parece que hay más estabilidad en la contratación, aunque esta sea precaria y muy temporal, ya que incluso la mayor parte de los escasos contratos indefinidos que se hacen (apenas suponen el 10% del total) son solo de media jornada».

Fernández añade que «las bajas que se cogían antes, durante los peores años de la recesión, tenían una duración media mayor, porque eran solamente por las enfermedades de mayor importancia y los trabajadores no solían ir al médico y pedir esa baja por un resfriado, por intenso que fuera y, a menudo, aguantaban en el puesto incluso con cosas más serias por el miedo a perder el empleo si faltaban unos días».

En cuanto a la tendencia de futuro que se prevé para este indicador, Albert Fernández señala que, «probablemente, continuará creciendo la incidencia hasta alcanzar los niveles anteriores a la crisis económica».