Si en las Islas Británicas andan divididos, sus ciudadanos que residen en Alcossebre son una muestra de esa diversidad de opiniones que genera su futuro fuera de la UE. Muchos se muestran apenados, como Pat y Michael Fallowell, que tienen una propiedad en esta localidad, que concentra a la tercera parte de los 1.200 residentes británicos en Castellón. «Estamos preocupados», afirman, porque desconocen como será de ahora en adelante la relación entre España y el Reino Unido y los efectos sobre los súbditos de Isabel II que disfrutan aquí de asistencia sanitaria y servicios públicos por su condición de ciudadanos europeos. «Posiblemente, muchos de los que eligieron el brexit lo hicieron como toque de atención sobre la burocracia de la UE, pero ahora que ha comenzado la tramitación para la salida definitiva, no sabemos lo que va a pasar; nadie lo sabe».

Partidarios

En otra terraza de la zona de Vista Alegre, Angela y Stewart Grange leen el Daily Mail, partidario de la salida de la UE. Su portada lucía ayer la alegría de Nigel Farage, uno de los padres de este embrollo, líder del partido euroescéptico UKIP. «Pensamos que las instituciones comunitarias son un riesgo para la identidad de cada país», opina Angela. Añade que el Reino Unido «tiene sus diferencias, como las tiene España, y por eso votamos por salir». A pesar de ello, comprende la inquietud «de aquellos que hace más de 20 años viven en España de forma permanente, aunque creemos que no cambiarán demasiado las cosas». En cuanto a la inmigración, en el centro de la polémica, opina que «era necesario un control en nuestro país, de dimensiones muy pequeñas respecto a España, Francia o Alemania, pero amamos lo extranjero y no pensamos que se expulse a los españoles que ahora residen allí, y que viven integrados».

Uno de los puntos de referencia de la colonia inglesa es el Charity Centre de la asociación Friends of Alcossebre, colectivo que desde hace una década aplica aquí la filosofía de ayuda a los demás tan presente en la sociedad británica. Hace casi un año, eran muchos los que aprovechaban su visita a este local para exponer sus puntos de vista antes del referéndum. Ahora, con el arranque de la desconexión, el debate ha rebrotado. Linda y Paul Oliver siguen las informaciones «con mucho interés, pero no podemos saber lo que acabará ocurriendo».

A pocos metros, dos mujeres que viven en la provincia desde hace años ya sufren «las primeras consecuencias económicas, porque con la depreciación de la libra, tenemos menos dinero para gastar». Aun así, aseguran: «Vinimos a Alcossebre, tenemos nuestra casa, y pase lo que pase nosotras seguiremos aquí».

Pegados al televisor

El bar Cheers, en el puerto deportivo, congrega a un buen número de ingleses a la hora de comer. Sus televisores emiten el canal de noticias Sky News, que durante toda la mañana de ayer centró sus noticiarios en el comienzo de la era brexit. Para James Michael, el resultado del referéndum «fue malo, yo voté por seguir en Europa».

Independientemente de lo que piense cada uno, todos coinciden en un deseo: «A good deal (un buen acuerdo)» que permita que las cosas para la colonia inglesa castellonense sigan como hasta ahora. Pero eso no depende de ellos. Theresa May y Angela Merkel marcarán el destino en unas negociaciones que se prevén duras, y que también influirán en el futuro del resto de países comunitarios.